En febrero de 2019, se anunció que el equipo Sauber de Fórmula 1 se rebautizaba como Alfa Romeo Racing en el marco de la relación de patrocinio entre ambas partes nacida un año antes. El retorno a Ferrari de su piloto estrella Charles Leclerc implicó el fichaje de Kimi Räikkönen, el veterano piloto finlandés que cumplirá 40 años en unas semanas. Campeón del mundo de 2007, «Iceman» es uno de los pilotos que más Grandes Premios ha disputado. De hecho, este fin de semana ha corrido en Singapur por 307ª vez en una carrera de Fórmula 1. Al volante del Alfa Romeo C38, Kimi sigue ahora los pasos de otras leyendas de Fórmula 1 como Jean Todt (2012), Felipe Massa (2012) y Romain Grosjean (2014), asociándose a Richard Mille y bautizando con su nombre a su última creación, el RM 50-04 Tourbillon Split-Seconds Chronograph Kimi Räikkönen, una edición limitada a 30 ejemplares. Si alguien puede apreciar un reloj casi ingrávido, técnicamente avanzado y tan resistente como para ser capaz de sobrevivir a una colisión frontal, son pilotos de F1 como Räikkönen. En su muñeca viste una extensión de su propio bólido de competición.
Su caja tripartita de un cálido color blanco/cremoso está fabricada en carbono TPT (carrura) y cuarzo TPT (bisel y fondo). Estos materiales, que gozan de un llamativo aspecto damasquinado, están compuestos de capas paralelas de 45 micras de filamentos obtenidos mediante la separación de hebras de sílice o de carbono. Estas capas están impregnadas en resina e intercaladas mediante un sistema de colocación automatizado que modifica en 45° la dirección de las fibras de cada capa. Tras calentarlo a 120 °C bajo una presión de 6 bares en un horno autoclave, el compuesto está listo para ser mecanizado en una máquina CNC. Con unas medidas de de 44,5 mm x 49,65 mm, la caja es estanca hasta 50 metros.
Ofrece las funciones de horas, minutos, cronógrafo con ratrapante, totalizador de 30 minutos e indicadores de reserva de marcha, de par y de funciones. Con un peso de únicamente 7 gramos, este mecanismo ha sido fabricado en Carbono TPT y titanio. El conjunto de sus características técnicas garantiza a este complejo calibre, de relación peso/resistencia excepcional, la capacidad de soportar choques de hasta 5000 G.
Además, ha reducido a la mitad el consumo de energía del cronógrafo por la disminución del frotamiento en los ejes.
La nueva rueda de pilares acciona las distintas palancas de la función de ratrapante y optimiza el funcionamiento del cronógrafo. La tradicional rueda de 8 pilares de los cronógrafos precedentes de la marca ha sido reemplazada por una rueda de 6 pilares. Esta última, que controla las distintas básculas del mecanismo de ratrapante, mejora las funcionalidades del cronógrafo: optimización de la simultaneidad de las acciones y del bloqueo de las funciones.
El pulsador situado a las 8 horas inicia y detiene la aguja de los segundos del cronógrafo. Por su parte, el pulsador situado a las 4 horas detiene la ratrapante y permite la lectura de un tiempo intermedio sin detener el cronógrafo. Al presionar de nuevo este pulsador, la ratrapante se une a la aguja del cronógrafo y continúa su recorrido con ella. El pulsador situado a las 10 horas devuelve las agujas a cero.
Para terminar, la esfera de titanio muestra detalles rojos en escalas y manecillas, incluidos los de par, función y reserva de marcha de 70 horas. Junto al blanco del cuarzo TPT, ambos colores hacen referencia a los del monoplaza C38 de Raikonen. El toque final es la inclusión del número 7 con el que corre Kimi Räikkönen.
Como veis, las prestaciones de este reloj son sencillamente espectaculares, tanto por su construcción como por sus características técnicas. Si la F1 es la máxima expresión de la tecnología aplicada al automovilismo, no podíamos esperar menos de Richard Mille en esta ocasión. Obviamente, esto tiene un precio… aunque os he de confesar que no esperaba los 940.000 € que cuesta el RM 50-04.
3 comentarios
Vaya, después de hacer algunas sumas y restas rápidas, caigo en cuenta de que tendría que sacrificar a mis gallinas de los huevos de oro (liquidar mis acciones), irme a vivir a la rivera del río Rimac en Lima o Mapocho en Santiago (vender mis apartamentos) y poner a remate uno de mis riñones, para satisfacerme el capricho de adquirir un reloj así… Pero bueno, eso no ocurrirá ni en sueños, ya que aprecio a mis gallinas, me siento cómodo bajo techo y le tengo un cariño muy longevo y especial a mis riñones.
Definitivamente es un tanto (casi imperceptible) desorbitado el precio de ese reloj, entiendo que Mille tenga un concepto muy particular del lujo, pero, creo que esta vez se ha pasado de pretencioso… Más aún siendo un reloj que homenajea, casi publicitariamente, a un vivo.
Eso sí, que el reloj es atractivo y que genera la efervescencia de una compra impulsiva, indiscutiblemente lo es.
Me asalta una duda, ya que no veo mención alguna al respecto, se trata acerca de ese pequeño pentágono ubicado hacia las doce, me parece que es un indicador de fase lunar (¿Lo es?)… Si es así, entonces el precio que pide Mille se justifica, claro, en un universo paralelo en el que mi nombre aparece en la lista Forbes de los seres con las billeteras más gordas del mundo.
Saludos. 🙂
Hola Pedro. Estoy totalmente de acuerdo contigo: es un reloj espectacular que demuestra las habilidades técnicas de la firma, a pesar de que su precio resulte desorbitado. Sigue la política habitual de Richard Mille de fabricar algunas piezas muy caras asociadas a personajes famosos (Nadal, Blake, Räikkönen, Stallone, etc), enfocadas más a la mercadotecnia que a tener un efecto positivo en su cuenta de resultados. Al final, es su línea base y media la que la aporta los beneficios, siendo estos guardatiempos fastuosos los que hacen que se hable de la marca a nivel mundial.
Respecto al pentágono ubicado bajo las 12 horas: no es una indicación de fase lunar. Creo que no es más que un elemento decorativo que se corresponde con el eje central del barrilete, aunque ese diseño podría tener alguna función como refuerzo estructural de la esfera esqueletizada.
Gracias por leernos!
Hola Xavier… Bueno, es verdad que hay relojes con precios que son estratosféricos; precios cuyos valores superan varias veces el costo total de producirlos, tanto que a veces pareciese que son precios antojadizos.
Eso sí, atrás quedaron los años en los que uno podía comprarse (en el peor de los casos) pagando cómodas cuotas mensuales durante un año, un reloj suizo de polendas (notable, de gran calidad) y que prácticamente estaba destinado a sobrevivirnos, como valiosa herencia a los nuestros.
Hoy, hay que tener un buen lomo económico/financiero para darse el gusto. Aunque, hay relojes mecánicos suizos y también alemanes que son más asequibles. Entre 500 y 5000 euros en un primer tramo, y de 5001 a 15000 en un segundo tramo, podría yo considerar un precio razonable dependiendo de la marca y las complicaciones; pero un precio que supere el mayor de esos márgenes, ya me parecería muy caro; claro, es una subjetividad mía, ya que lo caro para uno, puede resultar barato para otros y viceversa.
Mientras cargaba la tinta de mis plumas, me puse a hacer un ejercicio casi de pura ilusión, responderme la pregunta, ¿cuántos relojes podría uno comprarse con los 940 mil euros que pide Mille por su reloj en cuestión? Todavía no termino de hallar la respuesta, pero grosso modo, esa lista podría perfectamente incluir por lo menos un modelo de cada una de las marcas más reputadas, es decir, uno podría hacerse de una sustanciosa y deliciosa colección de relojes con esos 940 mil euros… Lo que me da pie a preguntar ¿Valdría la pena, si uno tuviese esos fondos, hacerse de ese único reloj o, destinar esos fondos a la adquisición de una pequeña colección?, yo ya tengo mi respuesta, por ahora sólo me faltan los fondos. 😉
Efectivamente Xavier, tuve que ver la imagen aplicándole algunos aumentos en el zoom, para notar que efectivamente, es una rueda sin más función que la de reforzar y/o adornar el eje del muelle. Pero, a simple vista, en verdad parecía un indicador de fase lunar, con lo cual el precio de ese reloj debería haberse desinflado, por lo menos, hasta la mitad. Iluso yo, eso no ocurrirá así sea un reloj de plástico, el peso de la marca es lo que muchas veces, de manera desproporcionada, tira el precio hacia arriba.
Gracias Xavier por absolver mi duda y compartir tus opiniones conmigo, y los lectores desde luego; siempre es un gusto leerles, uno descubre y aprende mucho.
Saludos. 🙂