Este 2020 se cumplen ocho años del nombramiento de Yohan Blake como embajador de Richard Mille. A muchos de vosotros no os sonará este nombre, pero su carta de presentación es ser el segundo hombre más rápido de todos los tiempos, únicamente por detrás de un mito como Usain Bolt. Fue en 2012 cuando el atleta jamaicano consiguió su mejor marca en los 100 metros libres con un registro de 9,69 segundos durante la Liga del Diamante en la suiza ciudad de Lausanne. Anteriormente, en los Juegos Olímpicos de Londres celebrados ese mismo año había ganado las medallas de plata en 100 y 200 metros libres, mientras que en el relevo de 4×100, el equipo jamaicano rompió el récord mundial para dejarlo en 36,84 segundos.
Su explosión mediática se inició en 2011, y fue entonces cuando llamó la atención de Richard Mille. La asociación entre ambos comenzó poco antes de los deslumbrantes logros en Londres. El modelo, creado para y con Yohan Blake se presentó en 2013, el RM 59-01, sin duda una de las ediciones más espectaculares de la firma. Fue en 2015 cuando se lanzó el RM 61-01, una versión más discreta y sin tourbillon que tiene su continuidad en el reloj que hoy os presentamos, el RM 61-01 Ultimate Edition Yohan Blake. ¿Y porqué Ultimate Edition?. Sencillamente, porque las olimpiadas de Tokyio 2020 serán las últimas en las que Blake correrá.
La caja tonneau presenta la misma construcción asimétrica de sus predecesores, y como viene siendo habitual en Richard Mille, está fabricada en Quartz TPT y Carbon TPT para el bisel y el fondo de la caja, y este último material también aparece en la carrura. Las múltiples capas de Quartz TPT a base de sílice, de no más de 45 micras de espesor, se entrelazan con capas de Carbon TPT y se calientan a 120° bajo una presión de 6 bares. Finalmente, el material formado por un total de 600 capas, después del fresado y el torneado, revelan unos patrones bandeados aleatorios que hacen que cada pieza sea absolutamente única.
Con unas medidas de 50,23 x 42,70 x 15,84 mm, su hermeticidad se queda en únicamente 50 metros. Con esa hermeticidad, os aseguro que yo no me doy ni un simple chapuzón en la piscina. Sigo sin entender como relojes ultradeportivos como éste, capaz de soportar impactos hasta 5.000 g, no garanticen una resistencia al agua que permita a su propietario disfrutar tranquilamente de una actividad tan poco exigente como es la de nadar o hacer snorkel.
Una característica interesante son los grandes protectores de corona extraíbles que acentúan la robustez de este reloj y ofrecen total seguridad a la corona. La razón principal detrás de estos protectores proviene de la necesidad de evitar que la corona roce contra la muñeca de Yohan Blake mientras corre a velocidades récord. Está fabricada en carbono NTPT con un collar Alcryn y está equipada con un sistema de limitación de par.
El corazón que late dentro de este reloj es el calibre esqueletizado RMUL2, un mecanismo de remonte cuerda manual que tiene un peso de 4,30 gramos y un grosor de únicamente 3,15 mm. Este calibre que parece flotar dentro de la caja, presenta la placa base y los puentes en titanio, y además dispone de un sistema de doble barrilete que le confiere una reserva de marcha de 55 horas. Latiendo a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Hz), se caracteriza visualmente por los dos largos puentes que lo cruzan de izquierda a derecha. Sus indicaciones son horas, minutos y segundero central.
Limitado a 150 ejemplares, el Richard Mille RM 61-01 Ultimate Edition Yohan Blake tiene un precio de