Durante los pasados Juegos Olímpicos celebrados en Londres, el velocista jamaicano y actual campeón del mundo Yohan Blake fue noticia por sus excelentes resultados. Bajo la sombra de su compatriota Usain Bolt, logró las medallas de plata en los 100 y 200 metros lisos y la de oro en los 4×100 metros lisos. Pero un hecho que pocos conocen es que estas medallas estuvieron en peligro por culpa… ¡de un reloj!.
Como sabéis, Omega es el cronometrador oficial de los Juegos Olímpicos. La Regla 40 de la Carta Olímpica prohibe a deportistas, entrenadores, jueces y oficiales mostrar o promocionar cualquier marca comercial, a menos que sea una de las que oficialmente patrocinan este evento. Su incumplimiento puede acarrear una sanción o incluso la descalificación del infractor.
Desobedeciendo esta estricta normativa durante toda la competición, Yohan Blake lució un prototipo de Richard Mille. Basado en el RM038 Bubba Watson, lucía los colores verde (realce interior y corona) y amarillo (correa de velcro e índices) de la bandera jamaicana. Mientras tanto Usain Bolt, embajador de Hublot, no siguió su ejemplo, ahorrándose cualquier polémica posterior. La jugada de marqueting les salió redonda. Cuando algo se prohibe, lo único que se consigue es generar mayor interés al respecto. Y si llegaran a sancionar al velocista, todo el mundo hablarían del dichoso reloj, consiguiendo justamente lo que la Carta Olímpica quiere evitar. Según en COI, estos estrictos controles son necesarios para atraer y proteger los intereses de los patrocinadores corporativos de los Juegos.
Lo que era evidente se plasmó en acabar los Juegos: Yohan Blake fue nombrado embajador de Richard Mille. Esta relación ha dado como fruto el nuevo RM59-01, presentado en sociedad el pasado mes de enero en el transcurso del SIHH, siendo la novedad de la marca que mayor revuelvo y comentarios provocó entre los asistentes.
Y ciertamente, implementando otra vez los colores jamaicanos, su diseño es espectacular. La típica caja tonneau de Richard Mille toma una nuevo rumbo con una asimetría muy marcada en sus tres dimensiones: ancho, alto y grosor, en la búsqueda de la mejor ergonomía y eficiencia aerodinámica para su velocista poseedor. No sé si el ínfimo peso de este reloj y su aerodinamismo pueden influir en sus registros deportivos, pero lo que es seguro es que la mejor manera de conseguir una mínima interferencia es… no llevar reloj, un elemento absolutamente prescindible en una prueba de velocidad. Como todos los relojes de la firma dedicados a sus embajadores, éstos implementan las características necesarias y adecuadas a cada uno de ellos en sus respectivos deportes, y en ese sentido debe entenderse.
La caja presenta un grosor y altura creciente desde la carrura izquierda hacia la derecha. Si observáis las dos fotos precedentes, podéis visualizar la diferencia entre derecha e izquierda, repercutiendo también en el grosor asimétrico de la correa de caucho. Se realiza con un material composite traslúcido a base de nanotubos de carbono, que se inyectan en un molde que contiene un polímero de color verde-amarillo, obteniendo un aspecto conglomerado muy peculiar.
El otro elemento que define esta pieza son los exuberantes puentes que abrazan el movimiento desde la esfera y el fondo. De color amarillo y verde, su forma de garras recuerda el apodo de «La Bestia» con que se conoce a Yohan Blake. Fabricados en una aleación de aluminio, magnesio, silicio y plomo, dan soporte a la jaula del tourbillon y a la platina esqueletizada de titanio con tratamiento PVD. El color verde de los puentes y del realce superior de la esfera se obtiene por anodizado, un proceso electroquímico aplicado al aluminio para aumentar el espesor creando una densa capa de óxido de aluminio, la cual proporciona al metal una mayor resistencia a la abrasión y a los agentes químicos y atmosféricos.
Este reloj de diseño como mínimo peculiar, se lanza en una edición limitada a 50 unidades y un precio cercano a los 500.000 €. Ultra-ligero, aerodinámico, excéntrico, atrevido. Richard Mille ha diseñado un guardatiempos para no pasar inadvertido, justo a medida del personaje en el que se inspira… pero personalmente, me quedo con el prototipo que lució durante las olimpiadas. Y vistos sus resultados, no creo que Blake echara en falta el aerodinamismo del nuevo modelo.