Después de siete meses en el dique seco, Rafa Nadal vuelve a ser noticia por su vuelta a las pistas en el pasado torneo chileno de Viña del Mar. Desde el 28 de junio del 2012, el tenista manacorí no disputaba un partido por culpa de una lesión del tendón rotuliano de su rodilla izquierda. Este retorno ha coincidido con la presentación en el SIHH 2013 del segundo modelo de Richard Mille que lleva su nombre, el RM 27-01, una evolución del anterior tourbillon RM 27 que lucía hasta ahora en su muñeca.
Las dos premisas en que se basan las referencias dedicadas a Rafa Nadal son ofrecer una arquitectura capaz de aguantar las fuertes aceleraciones sufridas en la práctica del tenis, junto a una ligereza extrema destinada a no interferir o ralentizar los movimientos del deportista.
La construcción y medidas de la caja son las mismas: 45,98 mm de altura, 38,90 mm de ancho y 10,05 de grosor, resultado del ensamblaje de sus tres partes fabricadas en carbono. Asímismo, su peso total sigue siendo unos increíbles 13 gramos. Y si las funciones ofrecidas mediante su movimiento esqueletizado tourbillon siguen siendo horas y minutos…. ¿dónde reside la novedad o variación que permite diferenciarlo de su antecesor?. Pues sencillamente, en la vanguardista arquitectura del movimiento, completamente suspendido en el interior de la caja. Describamos esta genial construcción.
El calibre RM 27-01 posee una platina fabricada en titanio grado 5, al igual que la caja del torubillon. En cambio, en los puentes del barrilete y de engranajes se ha utilizado la aleación LITAL, una aleación de litio, aluminio, cobre, magnesio y circonio, que da como resultado una muy baja densidad.
Dicha platina está unida a la caja por cuatro finos cables de acero trenzados de un grosor de tan sólo 0,35 mm de diámetro. La puesta en tensión de los cables es posible gracias a un ingenioso mecanismo de dobles tensores, situados a las 3 ya las 9 horas, y de poleas, que actúan como pilones, que se encuentran en los 4 extremos del movimiento. Cada cable está fijado en el tensor y pasa a través de la polea superior, después en el movimiento, para volver luego a la polea inferior y alojarse por ultimo en el realce inferior. Una vez enlazados los cables, se procede a su puesta en tensión mediante la rotación del anillo central de los tensores con el uso de una herramienta específica.
El montaje y puesta en tensión de los cables son operaciones realmente delicadas. Si la tensión es excesiva podría provocar la rotura de los cables y las fijaciones. Por el contrario, una tensión insuficiente podría poner el movimiento en fase de resonancia, alterando su cronometría. Y además de alcanzar este punto óptimo de tensado, debe mantenerse inalterable con el paso del tiempo. El resultado de toda esta tecnología innovadora es un reloj capaz de soportar aceleraciones de 5.000 G.
La esfera fuertemente esqueletizada queda enmarcada por este sistema de cables, con los puentes minimizados a las mínima expresión, que se distribuye entorno a dos elementos principales: el tourbillon en la parte inferior, y el barrilete en la parte superior. El conjunto presenta cierta dificultad de lectura, una problemática inherente a la mayoría de los movimientos esqueletizados. La terminación roja de las agujas ayuda a paliar levemente este déficit.
El RM 27-01, entregado con una pulsera Velcro, estará disponible en una edición limitada de 50 unidades.