Rolex nos presenta una nueva versión de su reconocido Deepsea, con la que homenajea la hazaña lograda en 2012 por James Cameron al ser el primer ser humano en sumergirse hasta el abismo Challenger (Fosa de las Marianas), el punto más profundo que se conoce en la Tierra, en un vehículo tripulado por una sola persona. Tal como os contábamos en este artículo, Rolex se unió con la National Geographic Society para preparar la expedición Deepsea Challenge, con el fin de llevar un solo ser humano hasta los 10.908 metros de profundidad. El vehículo, llamado Deepsea Challenger, llevaba un reloj de submarinismo experimental, el Rolex Deepsea Challenger, en su brazo articulado.
Esta nueva referencia recurre al acero, por suerte, como material de construcción, alejándose de oros y platinos a los que Rolex recurre últimamente. Recordemos el Daytona 50ª aniversario en platino del año pasado, o el GMT Pepsi en oro blanco lanzado este año, dos piezas muy esperadas por los aficionados y seguidores de la marca, pero que provocaron cierta frustración precisamente por estar fabricadas en materiales nobles fuera del alcance de la mayoría de bolsillos.
El Rolex Deepsea D-Blue presenta exactamente las misma características y propiedades del Deepsea, o sea, caja Oyster de 44 mm en acero 904 y trasera de titanio hermética hasta 3.900 metros, con válvula de helio y bisel cerámico unidirecional, calibre automático 3135 con 48 horas de reserva de marcha y espiral amagnética Parachrom. La única diferencia es estética, y se reduce a la esfera, donde implementa un degradado de azul a negro que sustituye al negro profundo habitual. Adicionalmente a la ya de por sí abundante «lectura» del dial se le suma una nueva leyenda a través del nombre del modelo: DEEPSEA. Su color verde chartreuse es el mismo color con el que estaba pintado el vehículo Deepsea Challenge. Asimismo, el degradado de la esfera también tiene su historia, remitiéndonos al cambio vertical del color del agua, pasando del azul brillante a la oscuridad más absoluta; o tal como dice Rolex, «una reminiscencia de la zona crepuscular del océano, donde el último hilo de luz de la superficie se pierde en el abismo.»
Como curiosidad, su número de referencia es el 116660, coincidiendo inesperadamente con el del Deepsea de esfera negra. En el D-blue, el discutible degradado de la esfera se une a la ya típica controversia sobre la conveniencia del anillo interior grabado. Personalmente, me decanto con la sobriedad de la esfera negra… aunque puestos a elegir, me quedaría con su hermano pequeño, el Sea-Dweller; creo que sus 1.220 metros de hermeticidad serían suficientes para resistir mis hazañas como submarinista.
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