Si debemos escoger un modelo representativo e icónico de Rolex, es sin duda el Submariner. De su historia y evolución hablaremos con detalles en un artículo próximo dentro de la serie Relojes Legendarios. El modelo actual, presentado en Basel 2010 con la referencia 116610LN (date), es el que analizaremos a continuación, comparándolo con su antecesor, el Rolex Submariner 16610LN.
Una de las grandes novedades de este modelo es su bisel unidireccional cerámico, llamado Cerachrom, prácticamente irrayable e inmune a la degradación con el paso del tiempo. Hasta este nuevo modelo, el bisel era de aluminio, rayándose con cierta facilidad. La ventaja era que con esa misma facilidad se podía cambiar por uno nuevo, siendo una operación relativamente barata.
El bisel cerámico del Rolex Submariner presenta una graduación numérica cada diez minutos e índices rectangulares cada cinco minutos, junto a una escala de minutos, mediante pequeños índices tipo bastón, durante el primer cuarto de hora. Dichos índices están grabados en el bisel y rellenados con polvo de platino, consiguiendo un muy buen contraste y legibilidad. Al inicio de la graduación, en la posición de referencia, encontramos un triángulo invertido con un pequeño índice aplicado en su centro, con material lumininscente llamado Cromolight y borde metálico de oro blanco.
Este bisel giratorio unidireccional tiene 120 posiciones. Su dureza y tacto son inmejorables, sin holguras ni balanceos, sobretodo si lo comparamos con otros relojes de uso similar, como por ejemplo el nuevo Omega Seamaster o los Panerai Submersible (PAM 024, 025, 064, etc.). El perímetro del bisel presenta 60 muescas, destinadas a facilitar el agarre y posterior giro del mismo. Otra diferencia positiva respecto al 16610 la encontramos en la caída del bisel hacia la caja: ahora es totalmente recta cuando antes se curvaba hacia el interior.
Un aspecto que me impresiona de este bisel es que verdaderamente es mucho más negro que el Cerachrom del GMT Master II 116710 L, del que fui propietario durante unos meses. En el caso del GMT, la “negrura” del bisel puede cambiar considerablemente en función de cómo se posiciona en relación a la fuente de luz: a veces se ve negro, mientras que otras veces se ve muy gris. Pero con el 116610LN, no importa desde qué ángulo se mire: se ve negro profundo.
LA ESFERA, TODO UN EJEMPLO DE LEGIBILIDAD MÁXIMA
Aquí encontramos otra de las variaciones respecto a su predecesor 16610: el maxidial, en que los índices y las agujas tienen un mayor tamaño. No deja de ser un guiño al pasado ya que antaño, los indices pintados en versión maxi tuvieron su primer éxito con los modelo 5512 y 5513
Superpuestos en el fondo negro, los índices en forma de puntos aplicados con reborde de oro blanco se sitúan a cada hora, excepto a las doce horas (triángulo invertido), a las tres horas (ventanilla de fecha) y a las seis y nueve horas (índices tipo bastón). Todos ellos están rellenos con Cromalight. Esta sustancia irradia una tonalidad azul cuando la intensidad de la luz decrece. El hecho de escoger este color tiene su importancia. La luz solar está formada por radiaciones de diferente longitud de onda que constituyen el espectro visible. Estas radiaciones son absorbidas, de manera distinta, por el agua del mar. El color, empezando por el rojo, desaparece. Conforme aumenta la profundidad, van desapareciendo progresivamente el naranja, el amarillo y el verde, hasta que sólo queda el color azul pasando a violeta.
Maxidial con Chromalight azul
Las agujas de tipo mercedes, sobredimensionadas en anchura, son de oro blanco con aplicaciones de Cromalight. La aguja segundera presenta, a los 3/5 de su longitud, un pequeño punto también relleno de la misma sustancia luminiscente. En la zona externa del dial, exteriormente al círculo de las indicaciones, encontramos una escala graduada de 60 puntos.
En el dial encontramos abundantes inscripciones, típicas de Rolex. Debajo de triángulo de las doce horas, El logo, el nombre de la marca y el modelo: “Oyster Perpetual Date”. Justo encima de las seis horas, en ¡cuatro líneas! diferentes, “Submariner”, la hermeticidad “1000 ft=300 m”, y el pomposo “Superlative Chronometer Officialy Certified”. Y para rematarlo, todo el anillo interior perpendicular al dial está grabado con nada menos que ¡diez veces! el nombre de Rolex. Entre ellos, situada a las seis, encontramos también grabado el número de serie. De acuerdo que algunas de estas inscripciones están destinadas a la lucha contra las falsificaciones, pero….. ¿realmente son necesarios todos esos instantes de lectura con los que nos obsequia la marca?.
Tal como hemos dicho antes, a las tres horas encontramos la ventana con la indicación de la fecha, en negro sobre fondo blanco. La lupa “cyclops” aumenta la legibilidad de los dígitos. Esta burbuja, que sobresale 1,5 mm de la perfecta planimetría del cristal de zafiro, es otro de los signos identificativos del submariner desde el año 1970. Esta optimización de la lectura de la fecha presenta la acertada novedad de llevar un tratamiento anti-reflejos.
CORONA TRIPLOCK, EL SEGURO DE ESTANQUEIDAD
La corona Triplock, creada y patentada en 1970, consta de diez elementos diferentes. Con un grosor de 8 mm, tiene tres juntas estancas en la zona de la corona (además de otra en la rosca): dos en el tubo y una dentro de la corona. La Twinlock, en el tubo sólo lleva una. Esta junta suplementaria no tiene el papel de reforzar la estanqueidad, sino de dotar al reloj de una mayor seguridad en tres aspectos:
- Seguridad funcional: la estanqueidad sigue activa incluso con la corona desenroscada.
- Seguridad de uso: la estanqueidad permanece intacta aunque la primera junta del eje esté dañada o gastada.
- Seguridad de contaminación: la compresión de la primera junta evita que entre suciedad en el mecanismo de la corona.
Corona Triplock
Así pues, vemos que la estanqueidad de 300 metros no viene dada por llevar la corona Triplock o Twinlock, pero sí que refuerza su seguridad. Este mecanismo está reservado para los Rolex Submariner, Sea-Dweller, Yatch Master, Daytona y los nuevos GMT-II. Visualmente se diferencian porque la Triplock lleva grabados tres pequeños puntos debajo de la corona de Rolex, mientras que la segunda lleva uno, dos o ninguno. Diferentes combinaciones en el diámetro de esos puntos, indican el material con el que está fabricada la caja:
- Tres puntos de igual diámetro: acero
- Punto central más grande: oro
- Puntos laterales más grandes: platino
Para desenroscar la corona debemos girarla dos vueltas enteras en sentido antihorario, momento en que efectúa un salto de 1 mm hacia el exterior. Si tiramos de ella hacia su primera posición, podemos llevar a cabo el ajuste rápido de la fecha. Si tiramos por segunda vez, detenemos el segundero y procedemos al ajuste horario.Para cerrarla, simplemente apretamos la corona hacia el interior y damos dos vueltas hasta su tope, sin forzar, en sentido horario. Lo que observo en mi reloj es que el logo de la corona no queda alineada en posición vertical cuando está roscada. Sinceramente, creo que Rolex debería cuidar más estos pequeños detalles.
BRAZALETE
Es una de las mejoras más destacadas. Una maravilla en cuanto a su comodidad y ajuste. Continúa siendo el típico Oyster de 20 mm, reduciéndose a 16 mm al llegar al cierre. Los eslabones macizos unidos por tornillos pasadores roscados, están construidos, como el resto del reloj, en acero 904L. El acabado de los eslabones es satinado en la parte superior e inferior, y pulido en los laterales. Los dos elementos desplegables del cierre están pulidos, pero al quedar protegidos por el mismo cierre, permanecen a salvo de cualquier posible rayado. Uno de estos elementos presenta la parte central satinada, con inscripciones de la marca, el sello, la referencia a Geneva y el Swiss Made.
Cierre Glidelock
La gran diferencia estriba en el cierre Glidelock con el que Rolex ha hecho un gran trabajo. Creo que era un cambio obligado, ya que el anterior cierre no transmitía la calidad que el Submariner se merecía, tanto en diseño como en el material utilizado, simple chapa estampada. Ahora es de acero 904L, y de un grosor considerable.
El cajetín del cierre ya no presenta los agujeros laterales para su ajuste. Dicho microajuste siempre necesitaba de un punzón para poder deslizar los pasadores, dificultando la rapidez y facilidad de la operación. El actual Glidelock presenta una corredera, una serie de muescas paralelas en la parte interior del cajetín. Las diferentes posiciones se ajustan simplemente con las siguientes maniobras: desbloquear el último eslabón situándolo en posición perpendicular al cajetín, deslizarlo en cualquiera de los dos sentidos aumentando o disminuyendo el diámetro del brazalete, y volverlo a bloquear con un click. La operación se realiza sin herramientas, sólo con los dedos, de forma muy cómoda y rápida: en menos de cinco segundo tienes el brazalete perfectamente ajustado. Resulta ideal para poder cambiarlo cuando las pequeñas dilataciones diarias en el tamaño de la muñeca hacen que el reloj apriete más de la cuenta o quede demasiado holgado. Ofrece una extensión total de hasta 20 mm, en incrementos de 2 mm.
En la parte superior de la pequeña pestaña del cierre, encontramos el logo de Rolex. A diferencia del anterior Submariner, donde estaba simplemente estampado en la chapa, en el 116610 está aplicado. Esta parte expuesta constantemente a los roces es un imán para los arañazos, aunque queda minimizado por la gran calidad del cierre Glidelock.
CALIBRE 3135, DURABILIDAD, FIABILIDAD Y PRECISIÓN
El Submariner 116610 monta el ya conocido calibre manufactura 3135, el mismo que su antecesor, pero al igual que el resto del reloj ha recibido una actualización. Sus características técnicas son 28,50 mm de diámetro y 6,00 mm de grosor, frecuencia de oscilación de 28.800 alternancias por minuto (4 Hz), y un sistema de carga automático mediante su rotor bidireccional llamado Perpetual, inventado por Rolex el año 1931.
Calibre 3135
La principal novedad es que lleva instalada el espiral Parachrome Bleu. Lo que no entiendo es cómo no se le ha cambiado la referencia, al igual que hicieron con el calibre 3185 cuando recibió este espiral, convirtiéndose en el calibre 3186. En cualquier caso, este nuevo espiral es antimagnético y resistente a los choques y a las altas temperaturas, los tres principales enemigos de la precisión de los relojes mecánicos. Personalmente valoro muchísimo su comportamiento inerte frente al magnetismo. Al vivir en una sociedad expuesta constantemente a sus efectos (microondas, televisores, ordenadores, etc), considero casi indispensable que un reloj mecánico esté debidamente protegido contra el magnetismo.
Una vez analizado el Rolex Submariner, llega el momento de las conclusiones. La actualización de los modelos míticos es inevitable, e incluso necesaria para mantener su posición. Los cambios y modificaciones pueden ser criticados, pero no podemos obviar que el Rolex Submariner ha ido evolucionando a lo largo de su historia, unas veces con más acierto y otras con menos. La clave está en mejorar el modelo manteniendo el espíritu con el que nació, su ADN, y Rolex lo ha conseguido.
Esta vez los cambios han sido importantes:
- El aumento del tamaño de las asas y del protector de corona le otorga una imagen más robusta y deportiva, con un mayor impacto visual. En cambio, ha perdido parte de su elegancia.
- El bisel Cerachrom es un gran acierto. La excelente resistencia a la abrasión de la cerámica, junto a su color negro profundísimo, hacen de él un elemento muy a tener en cuenta a la hora de valorar el Submariner.
- El maxidial, con sus agujas e índices de mayor tamaño, es el elemento incorporado que me deja más frío. Sinceramente, prefiero el look más discreto de la anterior esfera.
- El brazalete con el cierre Glydelock es una mejora brutal. Su mejora era imprescindible, ya que el anterior cierre no estaba al nivel del resto del reloj. Una maravilla en cuanto a comodidad y a su facilidad de ajuste.
- La incorporación del espiral antimagnético Parachrom azul al robusto calibre 3135, es la otra gran mejora. Como ya he comentado anteriormente, la propiedad antimagnética del nuevo espiral implementado representa un gran avance tecnológico dentro de los calibres de Rolex, un éxito de su departamento de I+D.
Personalmente, me costó asimilar los cambios estéticos. Cuando un reloj ha tenido el mismo aspecto básico durante 50 años, resulta difícil hacerse a ellos, pero finalmente, la valoración de las mejoras técnicas superó con creces mi reticencia inicial. Ahora, al cabo de seis meses de uso, puedo decir que estoy muy satisfecho con mi decisión. Su precisión me ha sorprendido, manteniendo un retraso de unos 3 segundos semanales. Podemos criticar y discutir sobre su nuevo diseño, pero lo que es incuestionable es que el Rolex Submariner es mejor reloj que su predecesor, unos cambios para seguir siendo el reloj cuantitativamente más deseado del mundo.