Entrevista a Jacky Epitaux, CEO de Rudis Sylva.
Hace aproximadamente un año, cuando os hablaba del RS12 Grand Art Horloger, era el primero en reconocer que, hasta esa fecha, la manufactura Rudis Sylva era totalmente desconocida para mí. El mismo espíritu curioso que me llevó a leer la nota de prensa y descubrir lo insólito de esta manufactura es el que me condujo a querer averiguar más cosas sobre una marca de Alta Relojería ciertamente atípica. De momento por correo electrónico, he tenido el placer de conocer a Jacky Epitaux, el cual aceptó encantando que le realizáramos una entrevista de un modo no muy habitual. Yo le enviaría las preguntas por correo electrónico y el me devolvería el documento con las respuestas. Pues bien, aquí la tenéis. Personalmente, el próximo 20 de enero que, casualidades de la vida, será la fecha en la que justo hará un año de mi conocimiento de Rudis Sylva, tendré el placer de conocer a Jacky personalmente durante la exposición que organiza en Ginebra con el motivo de la celebración del SIHH.
Corríjame si me equivoco, su trayectoria profesional se inicia en la empresa fabricante de máquinas herramienta Dixi, para, después de once años, pasar a Zenith (propiedad de Dixi por aquel entonces) y, cuando ésta es adquirida por LMVH pasa a ser vicepresidente de ventas y marketing del Holding de empresas R&R. ¿Cuál es el detonante para que Jacky Epitaux decida fundar su propia manufactura?
Después de un largo camino de 16 años con Zenith y el Grupo Dixi, acepté el cargo de Director de Ventas y Marketing de un pequeño grupo de marcas como Caterpilar y Rodolphe Watches. De manera conjunta con Rodolphe Watches decidimos abandonar este grupo dirigido por una empresa china debido a una cuestión de posicionamiento y, adicionalmente, adquirí algunas acciones de la marca. Después de siete años como CEO de Rodolphe tuvimos que convertir nuestras acciones a la nueva marca Frank Muller-Rodolphe o bien venderlas. Fui el único que tomó la decisión de venderlas. Invertí el dinero de la venta de acciones en el desarrollo de un nuevo calibre y cuando este movimiento funcionó decidí abandonar la empresa para fundar mi propia marca de manera conjunta con un familiar y un amigo que estaba produciendo componentes de calibres bajo el nombre de Swiss Finest.
Puede sorprender a priori el radical cambio que supone el paso de un mundo eminentemente empresarial y en cierto modo “industrializado” al que representa la esencia de Rudis Sylva. Ciertamente es un gran cambio de rumbo en su vida profesional. ¿Por qué ese golpe de timón hacia sus orígenes que le lleva a establecerse de nuevo en Les Bois y la elección de un nombre con tanto peso histórico en el mundo de la relojería?
Yo nací en Les Bois, al igual que mi madre. En esta región situada a 12 kilómetros de La Chaux-de-Fonds a una altura de 1.000 metros, se manufacturan muchas de las piezas de la relojería suiza. Después de haber experimentado tanto con marcas de mucho volumen como con las orientadas a la exclusividad del lujo, elegí tomar el camino de las segundas que no lo son por cuestión monetaria sino por lo alta tecnología empleada. A mi alrededor, mis amistades se dedican a suministrar elementos a las mejores marcas de relojería y decidí bautizar la marca como Rudis Sylva, el antiguo nombre de Les Bois para, de este modo, promocionar la marca con el excepcional “know-how” de las gentes de esta región.
Rudis Sylva es probablemente de las pocas manufacturas existentes en la actualidad que puede alardear de serlo en el pleno sentido de la palabra además de recuperar la ancestral práctica del établissage. George Brodbeck para el guilloché, Sophie Cattin para el esmaltado, Sylvain Betex y Bertrand Degiorgi para el grabado… Cada uno en su propio taller ¿Cómo se consigue llevar a la práctica un concepto tan tradicional en un mundo tan modernizado? y, probablemente aun más difícil, ¿cómo convenció a estos artesanos para trabajar en un mismo proyecto de manera permanente?
El movimiento se manufactura en la empresa de uno de los tres socios de Rudis Sylva. Para su fabricación se emplea alta tecnología, probablemente en una de las manufacturas más preparadas a este nivel. Todos los componentes están decorados a mano de manera que el coste de este trabajo es exactamente el mismo que el que supone el coste total del calibre. El valor añadido es excepcional. Por ejemplo, biselamos manualmente el puente giratorio del Oscilador Armónico con 28 ángulos interiores en una pieza de titanio. Este trabajo conlleva más de 30 horas de laboriosa tarea manual. Muy pocas manufacturas llevan los acabados de sus productos a este nivel. Rudis Sylva es una herramienta, un medio, para promocionar este trabajo artesano y a las personas que tienen el suficiente talento para llevarlo a cabo.
Si la pregunta anterior ya supone todo un reto, no lo es menos lo que tengo entendido acerca del corazón que late en todos sus movimientos: el oscilador armónico. Idea de Romain Gillet, descendiente de una de las muchas familias francesas de la región de Haut-Doubs que acabaron estableciéndose en las Franches Motagnes suizas como relojeros-granjeros, y llevado a la práctica por Mika Rassinen… ¡¡un finlandés!! ¿Cuál fue el origen de esta peculiar combinación?
Romain Gillet creó un movimiento ciertamente complicado con un volante por resonancia. Después de diversos ensayos nos dimos cuenta de que el sistema no podría funcionar correctamente sin un mecanismo diferencial. Fue entonces cuando nos reunimos con Mika Rassinen, un excelente relojero, y le solicitamos su consejo y opinión para hacer funcionar a nuestro nuevo movimiento. Fue él quien tuvo la idea de conectar el volante directamente a los dientes del tren de engranajes. Al montar la espiral en oposición, fue cuando observamos que el ingenioso sistema eliminaba de manera inmediata el efecto de la fuerza de la gravedad frente al minuto completo que, generalmente, precisa el tourbillon.
“Ultima Forsan” es la leyenda que reza en uno de los relojes de sol más bellos de Suiza y que se encuentra en la fachada de una granja de Les Bois propiedad de su tío… pero también es el lema de Rudis Sylva. ¿Cómo definiría usted la manufactura Rudis Sylva? A rasgos generales, ¿cómo se organiza y cuáles son sus principios?, ¿hacia dónde se dirige?
En 1900, el municipio de Les Bois (Rudis Sylva) tenía 1.450 habitantes y 600 relojeros entre ellos. El 95% estaba trabajando en granjas. Somos los herederos de las raíces de Nivarox con la familia Huot, de ETA con la familia Beaumann y de Baume & Mercier con la familia Baume. El objetivo de Rudis Sylva es construir una empresa sobre estas sólidas bases y sacar a la luz la historia y el “know-how” de esta región suiza. Formamos parte del ADN de la industria relojera.
Hasta la fecha y desde 2009 Rudis Sylva ha manufacturado tres guardatiempos distintos. Resulta obvio que el lanzamiento de una única pieza al año es viable pero ¿cuántas unidades de cada modelo se producen en total? ¿Y el volumen anual de producción? El lanzamiento de un nuevo modelo, ¿implica que no se produzcan más unidades del anterior?
Debido al hecho de que únicamente producimos relojes de alta complicación con acabados superlativos, la cantidad de unidades producidas permanecerá en valores muy reducidos. Esto significa que únicamente los mejores relojeros y artesanos pueden trabajar en el proceso de creación de una pieza de Rudis Sylva. Producimos unos 20 guardatiempos al año. Esta cantidad, unida a las características técnicas y a la decoración de cada una de las piezas proporciona un extraordinario valor añadido a cada uno de los relojes vendidos por Rudis Sylva.
La época actual está siendo más complicada, económicamente hablando, de lo que parecía hace tres o cuatro años. ¿Afecta esta situación a Rudis Sylva? ¿Cómo ve usted el estado de salud de la Alta Relojería actual?
Es obvio que desde 2008 las marcas y relojeros independientes tienen un menor atractivo que en los años previos. Muchas marcas de relojes han ido desapareciendo y los distribuidores temen representar a manufacturas que pueden no permanecer en el mercado. Rudis Sylva está fuera de esta problemática: tenemos nuestro propio movimiento, nuestra estructura de empresa es liviana y las unidades producidas siguen manteniendo el carácter de exclusividad. La marca se registró en el año 2006 y conseguimos superar los años de crisis (2008-2009) sin problemas. Nuestra plantilla sigue siendo la misma desde que fundamos la empresa y tenemos grandes expectativas para los próximos años sin comprometer en ningún momento la calidad y el prestigio de nuestros relojes.
En su concepto alejado de los actuales métodos industriales y teniendo en cuenta que sus creaciones se apartan de todo convencionalismo, ¿qué canales de distribución utiliza Rudis Sylva para llegar al mercado? ¿Dispone de distribuidores autorizados o la adquisición de una de sus piezas se realiza de manera más personalizada?
Trabajamos únicamente a través de distribuidores muy especializados, excepto en el Medio Este donde tratamos directamente con el cliente final. Nuestra distribución es limitada pero exclusiva. Chronopassion en París, Westime en Los Angeles, Elegant en Hong Kong y Maverick en Ginebra son nuestros mayores distribuidores. Únicamente tratamos con aquellos distribuidores que poseen el know-how necesario para promocionar un guardatiempos que en los EEUU recibe el sobrenombre de “El asesino de tourbillones” (The Tourbillon Killer). Esta tecnología debe ser expuesta al cliente y lo cierto es que pocos vendedores tienen la “competencia” de exponerla y describirla adecuadamente.
Rudis Sylva e Internet suenan, a priori, como términos totalmente opuestos -artesanía y tradición versus últimas tecnologías. No obstante, ¿se relacionan de alguna manera? ¿Qué piensa al respecto de Internet como herramienta de comunicación para dar a conocer su producto? ¿Cree que es susceptible de conseguir llegar a sus potenciales clientes?
La comunicación vía web no proporciona mucha difusión sobre el conocimiento de marcas como la nuestra. La presencia en revistas de negocios y en los establecimientos de los distribuidores sigue siendo el mejor medio de comunicación que podemos utilizar para darnos a conocer. Pensamos que si mantenemos y nunca dejamos de lado la alta calidad de nuestros productos, Rudis Sylva tiene por delante un hermoso y fructífero futuro. De todos los guardatiempos vendidos desde nuestros inicios, tan sólo uno regreso a nuestros talleres por tener algún problema. Esto implica y pone de manifiesto el cuidado que dispensamos a todos y cada uno de los detalles sobre los que hemos construido nuestra reputación, a la vez que consigue que más clientes se interesen en nuestros relojes aumentando nuestra credibilidad. Actualmente nuestro objetivo es extender nuestra distribución.
Esta última pregunta quizás sea probablemente, a la vez que inevitable, la más obvia y predecible de todas… ¿Tendremos que esperar mucho hasta poder disfrutar de la próxima creación de Rudis Sylva?
Los medios están siempre a la espera de nuevos productos e invenciones. Rudis Sylva ha inventado el Oscilador Armónico, considerado en la profesión como la referencia del tourbillon. Este dispositivo representa la única tecnología existente capaz de eliminar de manera instantánea los efectos de la fuerza de la gravedad en las posiciones verticales del reloj. Muchos de nuestros colegas lo que hacen es evitar esas posiciones verticales del órgano de regulación. Considerando que Breguet inventó el tourbillon en 1800 y que su dispositivo sigue siendo líder de ventas en términos de relojes complicados, creemos que tenemos in largo futuro por delante con el Oscilador Armónico y vamos a trabajar centrándonos en esta tecnología en los próximos años.