En 2015, Speake-Marin decidió agrupar sus recursos mecánicos bajo un mismo techo para desarrollar y ensamblar sus movimientos patentados en su taller en La Chaux-de-Fonds. Especializado en movimientos de alta relojería en forma de repetición de minutos y doble tourbillon, Speake-Marin decidió concentrarse en movimientos más simples de horas, minutos y segundos. El primer calibre base surgido de esa reestructuración fue el SMA01 y su variante SMA03, un movimiento automático COSC con micro-rotor integrado y caracterizado por la inusual ubicación del pequeño segundero a la 1:30 que debutaron el 2018 en el interior del One&Two Openworked y del One&Two Academic respectivamente. Añadiendo complejidad, el año pasado presentó el One&Two Openworked Dual Time y su calibre SMA02, con las complicaciones de fecha doble y fecha retrógrada. Pero ha sido este 2020 cuando Speake-Marin ha lanzado su mejor versión, el Openworked Flying Tourbillon y el nuevo calibre SMA05 en una edición limitada a 10 unidades que mantiene intactos los nuevos y más contemporáneos códigos estéticos implementados en los One&Two.
La neoclásica caja Piccadilly, presentada por primera vez en 2003, es una piedra angular en la identidad de la marca
Ligeramente rediseñada, esta evolución de la Picadilly permite que las correas se sitúen más cerca de la caja a la vez que la corona sobresalga un poco menos, suavizando su estética. Con su generosa geometría en forma de tambor, bisel escalonado, corona cónica acanalada y asas prominentes y atornilladas, es casi imposible confundir. Disponible ya en oro rosa, ahora adopta el metal que personalmente creo que mejor encaja con su look contemporáneo: el el titanio. Al igual que las versiones anteriores del One&Two, el Flying Tourbillon se lanza en dos diámetros de 42 y 38 mm, ofreciéndonos así la posibilidad de decidir el tamaño que mejor se ajuste a nuestra muñeca sin cambiar ni un ápice el diseño de la esfera.
Como reloj esqueletado, la esfera negra mate es prácticamente inexistente, lo que permite una vista sin restricciones del nuevo calibre SMA05.
De hecho, su geometría viene marcada por los cuatro elementos clave del mecanismo: el tourbillon, el barrilete, el micro-rotor y el indicador de la reserva de marcha. Aunque a primera vista su disposición parece un poco desordenada, la simetría de la esfera es impecable. Acostumbrados a que esté regida por un eje vertical, en el Flying Tourbillon deberemos rotarlo 45º para situar sus polos a la 1:30 y 7:30.
El punto focal de la esfera se encuentra a la 1.30, donde el tourbillon volante de 60 segundos se adueña del protagonismo que tenía en esa posición el pequeño segundero en los anteriores One&Two..Como homenaje a la marca, el puente del tourbillon tiene la forma del logo de Speake-Marin en negro.
Grabados con el mismo patrón circular, de idéntico tamaño y sujetados por dos grandes puentes, a ambos lados encontramos el barrilete (a las 10 h. y grabado también con el nombre del modelo) y el micro-rotor (a las 4 h.), mientras que en su lado opuesto, a las 7:30, se ubica el indicador de reserva de marcha. Justo debajo suyo, el nombre de la marca prolonga la poco convencional simetría inclinada de su diseño.
Desprovisto de números, el tiempo se lee sobre la escala perimetral mediante la manecilla horaria en forma de corazón y la elegante minutera que se estrecha en la cintura, un diseño presente en todas las creaciones de Speake-Marin desde su fundación en 2002.
Calibre SMA05
Para este nuevo reloj, Speake-Marin eligió desarrollar un movimiento con una frecuencia de 3 Hz (21.600 alternancias por hora), lo que contribuye a alargar su reserva de marcha hasta 72 horas (recordemos que los anteriores calibres SMA latían a 4 Hz y tenían una reserva de marcha de 50-52 horas).
El Speake-Marin One&Two Openworked Flying Tourbillon Titanium se entrega con correa de cocodrilo negra. En ediciones limitadas a cinco ejemplares, las dos versiones de 38 y 42 mm tienen un precio de 54.500 y 55.000 CHF respectivamente. ¿Por cuál decidirse?. En ambas versiones la esfera es exactamente la misma, y esa diferencia de 4 mm debemos adjudicarla en su totalidad al diámetro de la caja (el grosor de 12,50 mm se mantiene). Además, estamos ante un reloj que no tiene un estilo único, ya que reúne una caja clásica con una esfera de estética transgresora. La decisión, como siempre, caería por si sola a la hora de tenerlos en la muñeca.