Los Bioceramic MoonSwatch plantean un montón de preguntas, alguna de las cuales seguro que no nos hemos cuestionado antes en un reloj. La primera sería ¿de qué marca estamos hablando? y la respuesta no es fácil. Normalmente, para saber la marca de un reloj basta con mirar lo que dice su esfera. El problema es que en la esfera de los Biocereamic MoonSwatch leemos «Omega x Swatch«, lo que desde luego no despeja la incógnita.
Bioceramic MoonSwatch es el resultado de un acuerdo de colaboración entre Omega y Swatch por el que la primera cede los derechos de diseño de su legendario Speedmaster Moonwatch a la segunda. A partir de aquí, Swatch replica totalmente el diseño externo de este icónico cronógrafo y le aplica su sello. Por tanto, dado que quien fabrica y quién venderá los Bioceramic MoonSwatch es Swatch, parece quedar claro que oficialmente estamos ante relojes de esta marca.
Este sello Swatch que encontramos en los Bioceramic MoonSwatch podríamos resumirlo en tres apartados que forman parte del ADN de esta revolucionaria firma: materiales, policromía y precio.
El material que emplea Swatch para elaborar la caja de estos MoonSwatch es el Bioceramic, un compuesto patentado por Swatch que se basa en una mezcla única obtenida en base a dos tercios de cerámica y un tercio de un material derivado del aceite de ricino. Esperemos que a los propietarios de un MoonSwatch no les dé por lamer su reloj. Disculpas! no me he podido contener ante el chiste fácil.
En cuanto al segundo apartado, que es la policromía, poco hay que decir. Si existe un factor que todo el mundo relaciona con los relojes Swatch es su desenfadado colorido. Siendo fiel a sus genes, Swatch aplica de nuevo este concepto a los MoonSwatch, tanto a sus cajas como a sus esferas, aunque veremos que con alguna excepción.
El tercer apartado es el precio, un factor que en su día permitió que los relojes Swatch plantaran cara a la invasión oriental de relojes de cuarzo baratos. Ofrecieron relojes suizos con un diseño original y cuidado, a precios equiparables. El resultado fue una auténtica locura que derivó incluso en fiebre de coleccionista, algo que es más que probable que vuelva a suceder con los MoonSwatch. Esto es algo que me ha confirmado Daniel Casas, Director de Omega, al comentarme que después del anuncio del MoonSwatch, de inmediato se han generado un interés y una demanda desmesurados.
En cuanto al diseño de los Bioceramic MoonSwatch, se han respetado estrictamente las dimensiones y la estructura del Moonwatch de Omega; caja asimétrica, escala taquimétrica en el bisel, etc. Incluso en el apartado oficial de afirma que «Si bien colores como el rosa y el azul pálido demuestran que estos relojes no son Omega Speedmaster, los modelos de Swatch se les parecen mucho. ¡Incluso a los apasionados del Moonwatch les costaría encontrar las diferencias entre uno y otro!». La imagen superior de la versión Mission to the Moon es una prueba de esta afirmación.
En la esfera de los Bioceramic MoonSwatch es donde Swatch se toma más libertad de acción. Se mantiene la disposición tri-compax de los subdiales; contador de horas, contador de minutos y pequeño segundero. No obstante, Swatch decide reubicar los dos primeros, que en lugar de estar centrados se desplazan hacia la zona superior de la esfera. El motivo de ello parece evidente y es el implementar en el centro las inscripciones «Speedmaster» y «MoonSwatch», que de haberse ubicado en la típica zona situada debajo de las doce hubiese generado un colapso estético con la inscripción «Omega x Swatch».
Salvando el caso del Mission to the Moon, donde se han respetado los códigos estilísticos del Moonwatch, en las demás esferas podemos observar detalles de diseño y de color propios de cada versión y ajenos al cronógrafo de Omega al que emulan.
Las obvias diferencias las encabeza el interior del MoonSwatch, en el cual no se aloja un movimiento mecánico sino uno de cuarzo. Tampoco hay que olvidar su correa de tela con Velcro, un elemento que además le añade autenticidad ya que es el que siempre se ha utilizado en el Moonwatch en las misiones espaciales. Estos son los principales factores que permiten que el MoonSwatch se pueda vender por 250 EUR. Si pensamos que es un precio incluso inferior al de una correa de Omega, queda todo dicho.
Swatch ofrecerá inicialmente 11 versiones del MoonSwatch, que se denominan: Mission to the Sun, Mission to Mercury, Mission to Venus, Mission on Earth, Mission to the Moon, Mission to Mars, Mission to Jupiter, Mission to Saturn, Mission to Uranus, Mission to Neptune y Mission to Pluto.
En mi opinión, este concepto Omega x Swatch es un acierto pleno que puede hacer historia. A la gente joven, no apasionados de la relojería, les puede resultar sumamente atractivo un reloj con estos genes, con su diseño desenfadado, con el «sello» oficial de Omega y a este precio. Paradójicamente, preveo que también resultará atractivo a los coleccionistas y apasionados de la Alta Relojería, para los cuales pueden resultar un capricho divertido y asequible. Yo personalmente lo compraría y lo vestiría sin ningún complejo. Adicionalmente, por su variedad y su estética, también intuyo un éxito apabullante entre las féminas.
La colección Bioceramic MoonSwatch estará disponible a partir del 26 de marzo en determinadas tiendas Swatch. Para averiguar cuales son estos puntos de venta Swatch, solo tenéis que acceder aquí a la página web dedicada a esta colección, elegir una cualquiera de las 11 versiones y clicar en el botón «Find it in Store».