Como avanzábamos en la entrada anterior, en este artículo vamos a establecer la base de un modelo que nos ayude a comprender el movimiento del volante de un reloj. Inicialmente pensé en tratar el tema de una sola vez pero finalmente he creído más conveniente hacerlo ni más ni menos que con cuatro artículos. El motivo no es otro que simplificar la exposición y que los conceptos resulten más fáciles de asimilar.
A lo largo de estas cuatro entradas analizaremos la secuencia del movimiento paso por paso, de una oscilación completa, es decir, de dos alternancias. Para ello vamos a ignorar, inicialmente, que estamos hablando del movimiento de un reloj.
En este primer artículo nos centraremos en la base que se ha considerado para el modelo del movimiento.
Imaginemos pues un disco como el de la figura. Este disco (que aunque se representa de manera vertical hay que entenderlo en posición horizontal, es decir, lo que equivaldría al reloj puesto en nuestra muñeca) realiza el movimiento de balanceo señalado con la flecha roja, girando sobre su centro (O) y teniendo como puntos límite los señalados como A y C, girando a derecha (sentido antihorario) y a izquierda (sentido horario) de manera alternativa. La longitud de los arcos AB y BC es idéntica.
Fijemos ahora un punto de referencia en nuestro disco (el de color blanco). Debido al movimiento de balanceo, este punto se moverá desde la posición A hasta la C y viceversa.
Vamos a llamar al arco recorrido por el disco desde A hasta C ó desde C hasta A, alternancia.
A la suma de ambos arcos, es decir, al movimiento A – C – A, le llamaremos oscilación. De este modo se deduce que una oscilación está formada por dos alternancias.
Avancemos en nuestro ejemplo y sentemos las hipótesis del movimiento. Los puntos A y C son puntos con energía acumulada, es decir, cuando el punto de referencia se encuentra en cualquiera de estas dos posiciones, el disco dispone de energía para iniciar el movimiento de giro antihorario de A a C o de giro en sentido horario de C a A.
El punto B, por el contrario, es un punto de energía nula. En este punto el disco precisará de un aporte de energía externa para continuar su movimiento en el sentido que corresponda, horario o antihorario.
Una vez establecidas las bases del modelo y sus balances de energía, en el próximo artículo estudiaremos la secuencia de pasos de las alternancias de la oscilación.