Traslademos el movimiento de nuestro modelo al mecanismo del reloj y veamos cómo se lleva a cabo.
Posición inicial.
Figura 1La Figura 1 refleja el instante en que el volante se encuentra en uno de sus puntos extremos. Buscando la equivalencia con la Figura 1 de la entrada publicada el 6 de noviembre la cual se adjunta como Figura 2 de este artículo, nos hallamos con la clavija de impulso (en la representación es el pequeño punto rojo en el disco interior del volante) ubicada en el punto A.
La situación del conjunto es la siguiente: espiral con la máxima tensión acumulada, palanca del áncora apoyada sobre el espigón de entrada y rueda de escape bloqueada por la paleta de entrada del áncora (según la relación de componentes facilitada en la entrada anterior, de fecha 10 de noviembre).
Que la rueda de escape esté bloqueada implica que también lo estarán el resto de ruedas del tren de engranaje, así pues, el muelle del barrilete no puede desenrollarse y por tanto no suministra energía al movimiento. Las agujas indicadoras están, consecuentemente, paradas.
Paso 1.
¿Qué es lo que sucede en este momento? Puesto que la espiral ha alcanzado su máxima tensión, intentará recuperar su posición de reposo (punto B en la Figura 2) y para ello empezará a desenrollarse. La energía liberada por la espiral en su distensión hará que el volante inicie la primera alternancia describiendo un arco en sentido antihorario, el equivalente al desplazamiento de la clavija de impulso de A hasta B en la Figura 2.
En la Figura 3 se representa un punto intermedio del arco recorrido por el volante durante esta alternancia. En ella podemos observar como la clavija de impulso se halla, aproximadamente, en el punto medio entre A y B. La espiral se está desenrollando y la tensión acumulada en ella es cada vez menor. El resto de componentes del mecanismo continúan en el mismo estado que el existente en la Figura 1.
Paso 2.
Continuemos con nuestra primera alternancia. Si observamos la Figura 4 es fácil determinar que la clavija de impulso se encuentra en la posición que equivale al punto B de la Figura 2.
En este preciso instante, en el equivalente al punto B o, lo que es lo mismo, al punto de reposo o tensión cero de la espiral, se suceden una serie de hechos que son de suma importancia en el funcionamiento del reloj.
En primer lugar, la clavija de impulso del volante impacta contra el cuerno de salida de la
horquilla (sonido tic característico en el funcionamiento de un reloj mecánico). Este impulso provoca que la palanca del áncora realice un desplazamiento lateral de izquierda a derecha que tiene como posición de partida el espigón de entrada sobre el que estaba apoyada y, como posición final el espigón de salida, sobre el que quedará apoyada al finalizar este movimiento.
Este desplazamiento lateral de la palanca hace que el diente de la rueda de escape que estaba bloqueado contra la paleta de entrada se vea liberado. En este momento el muelle del barrilete podrá desenrollarse y suministrar energía al tren de engranaje con lo que girarán todas sus ruedas y con ellas las agujas indicadoras del dial.
Al llegar la palanca a su posición final hace que la rueda de escape quede de nuevo bloqueada, esta vez sobre la paleta de salida, mediante el diente situado en segunda posición a la derecha del liberado previamente. Así mismo, en este tramo final de su desplazamiento lateral, la palanca del áncora impacta mediante el cuerno de entrada de la horquilla sobre la clavija de impulso enviando al volante a continuar su giro en sentido antihorario hasta que alcance el punto C representado en la Figura 2 y con él, el estado de máxima tensión de la espiral.
Vamos a quedarnos en este punto, es decir, en la primera mitad de la primera alternancia (la que en nuestro caso tiene lugar en sentido antihorario). En el próximo artículo veremos qué ocurre en la segunda mitad de esta primera alternancia.