En un artículo del 15 de marzo, el correspondiente a las novedades presentadas por Hublot en Baselworld, ya adelantábamos algunos rasgos del nuevo Big Bang Ferrari. Ahora toca analizarlo a fondo, pues este reloj es sin duda el más importante de los que ha creado Hublot en los últimos años.
La importancia del Big Bang Ferrari y de su probable influencia en futuros desarrollos se debe a tres motivos. El más evidente es que se trata del primer Hublot fruto del acuerdo de colaboración entre la marca suiza y la venerada firma de automóviles deportivos. El segundo factor clave es que, también por primera vez, se modifica el tamaño y el diseño de la caja del Big Bang, sin duda el mayor culpable del éxito comercial de Hublot. El tercer motivo es que, nuevamente por primera vez, Hublot aplica su revolucionario Magic Gold a un reloj de producción. Todos estos factores hacen que, más que nunca, podamos hablar de una auténtica primicia.
La caja
Habitualmente, este primer apartado de nuestros test, dedicado a la caja del reloj analizado, es el menos relevante, ya que es poco frecuente que se diferencie mucho de las ya existentes en el catálogo de la firma. Esta regla no se cumple en el caso del Big Bang Ferrari, pues precisamente en este elemento externo del reloj es donde se centran la mayoría de las novedades que hemos enunciado en la introducción de este artículo.
Este modelo se denomina Big Bang, lo que normalmente debería implicar que no se realizan cambios significativos con respecto a la caja de la colección que le da nombre. Pero no hubiera sido nada raro que Hublot le hubiese aplicado una nueva denominación, pues tanto su tamaño como su diseño se diferencian notablemente del resto de modelos Big Bang. Su diseño genérico se mantiene, pero prácticamente todos los elementos que conforman la caja han sido modificados.
El primer cambio en su diseño lo observamos en la parte central de la caja, su carrura. En los anteriores Big Bang, dicha carrura presenta una curvatura cóncava que se inicia en su eje central y se mantiene hasta las asas. En el nuevo Ferrari su forma es totalmente rectilínea. Ello provoca que a nivel visual, aunque tomásemos como referencia una caja de idéntico diámetro, el Ferrari transmita una mayor sensación de robustez y poderío.
El bisel, mantiene la geometría circular del resto de modelos Big Bang, pero su anchura ha crecido ligeramente en relación a la carrura. Los típicos tornillos Hublot que lo unen a la carrura no han sufrido modificaciones.
En la zona derecha de la caja es donde se alojan los dos elementos que más se diferencian del resto de la colección. El primero de ellos es la corona, cuyo diámetro parece mantenerse, pero que ha crecido en longitud. Al igual que en el caso de la carrura, ello provoca una mayor sensación de robustez. Desconozco si la idea de este crecimiento se debía inicialmente a motivos puramente estéticos, pero está claro que, por motivos funcionales, el rediseño de otros de los elementos de este Ferrari obliga a ello. Me refiero a los pulsadores del cronógrafo, que mantienen su geometría rectangular, pero que ahora se extienden hasta la misma corona, prácticamente abarcando toda la longitud de la carrura. Entiendo que si se hubiera mantenido la longitud de la anterior corona, estos pulsadores hubieran dificultado su accionamiento. En el pulsador del cronógrafo ubicado a las 4 horas, encontramos gravada la marca Ferrari, en color rojo para el modelo de oro y en negro para el de titanio.
Inicialmente, este nuevo Big Bang Ferrari se ofrece en dos versiones. Una realizada en titanio con acabado satinado y la segunda con el revolucionario oro que Hublot nos anunció hace pocos meses, al que denomina Magic Gold.
De la versión en titanio poco hay que reseñar, salvo que como todo reloj realizado en este material es bastante propenso a los arañazos. No lo es más que cualquier reloj de acero, pues la dureza de ambos materiales es prácticamente la misma, pero el peculiar oscurecimiento que sufre la superficie del titanio con el paso del tiempo provoca que cualquier arañazo descubra la capa inferior, originando un contraste de tonalidades que lo hacen visualmente más notorio. Como en la mayoría de relojes de carácter deportivo, que normalmente cuentan con un bisel de considerables dimensiones, este elemento es el más expuesto a rozaduras.
El oro, en cualquiera de sus aleaciones, multiplica la propensión a roces y arañazos de los relojes de acero o titanio, pues su dureza es mucho menor. Por ello, aunque existe una cierta tendencia a relojes deportivos realizados en este metal precioso, cuya única justificación es la ostentación, normalmente se reserva para relojes finos con clara vocación elegante. Pues bien, en el caso del Big Bang Ferrari, este problema del oro desaparece de forma mágica. Utilizo este término pues es así como denomina Hublot a la nueva aleación de oro que ha inventado.
El Magic Gold de Hublot, del que os hablábamos en diciembre del año pasado, consiste en una aleación, mediante fusión, del oro en estado puro con la cerámica, uno de los materiales más duros que existen. Dicha fusión provoca que gran parte de la dureza de la cerámica se transmita al producto final, sobrepasando la aleación final nada menos que los 900 vickers de dureza, más del doble que el oro convencional y un 80% superior al acero.
Al contrario que en la versión de titanio, donde todos los elementos de la caja se realizan en este material, la versión «Magic Gold» utiliza para sus pulsadores y corona el titanio con tratamiento PVD negro. La parte central de la carrura de ambas versiones está realizada en resina composite negra.Hasta ahora, dentro de la colección Big Bang, teníamos 3 tamaños de caja, de 41, 44 y 48 milímetros. Este nuevo Big Bang Ferrari inaugura una nueva medida con su 45 mm de diámetro. Lo que Hublot no especifica es como se mide exactamente la caja, si es de 12 a 6, de 3 a 9, si se incluyen las orejas, la corona, etc. Por tanto, también es posible que su tamaño real no supere a los modelos de 44 mm y que sea debido a que se incluyen ciertos elementos en la medición.
La hermeticidad de ambos modelos es de 10 bares, una cifra suficiente, pero nada espectacular para un reloj deportivo de estas dimensiones.
Como todo parámetro estético, la caja de este Big Bang Ferrari gustará a unos y a otros no. Pero lo que es indiscutible es su complejidad, tanto por la variedad de materiales como por el gran número de elementos que la conforman. Los acabados, como en todo Hublot, no merecen el más mínimo reproche.
La esfera
Semi-esqueletizada sería un término apropiado para calificar la esfera del Big Bang Ferrari. No es un típico reloj esqueleto, donde se dejan ver prácticamente todos los componentes del mecanismo, pero tampoco es totalmente opaca. El elemento visible más notorio de su calibre es la rueda de pilares, que podemos observar a las 6 horas mediante una apertura circular. Que se pueda observar la rueda de pilares por la cara del reloj correspondiente a la esfera es realmente atípico. Esta rareza no tiene nada que ver con que se le practique o no una apertura a la esfera, pero ya entraremos en ello con más detalle en el siguiente apartado dedicado al mecanismo.
Otra curiosidad, esta vez referente a las indicaciones, es que el cronógrafo solo cuenta con un totalizador de minutos. No hay contador de horas, ni tampoco el típico segundero correspondiente a la hora normal. Por tanto se trata de un raro cronógrafo de un solo contador, al que podríamos aplicar una nueva denominación como sería uni-compax.
Los índices del contador de minutos son de color rojo, cuyo contraste con el fondo color antracita facilita su lectura. Lo que Hublot no menciona es si dicho contador de minutos es continuo o de salto instantáneo. Este factor es de suma importancia en un cronógrafo ya que los contadores de salto instantáneo permiten una lectura mucho más precisa y evitan cualquier error.
En la parte derecha de este contador, mediante un sistema curioso y ciertamente atractivo, se ubica el fechador. Si observamos con atención la esfera de este Ferrari, veremos el gran anillo de la fecha que recorre todo su perímetro. Al ser grises los números, prácticamente se confunden con el fondo también gris de la esfera, pero cuando el número llega a la ventana del fechador, se superpone a un fondo amarillo cuyo contraste lo realza de forma inmediata.
Los índices y agujas son grises en el modelo de titanio y de oro en el modelo con caja de dicho metal. En ninguno de ambos casos contrastan excesivamente con el fondo, pero su gran tamaño compensa y permite una lectura rápida del tiempo. Los índices perimetrales correspondientes a los minutos son blancos y los de los segundos son rojos, algo que, aparte del atractivo estético, también facilita su lectura.
Justo a las 9 horas, por encima de un par de ruedas también visibles, encontramos aplicado el inevitable Cavallino Rampante de Ferrari. Muy acertadamente dicho cavallino es rodiado de color metálico, con lo que a pesar de ser suficientemente visible, no afecta excesivamente al conjunto de la esfera, ni resulta ostentoso.
El movimiento
Unico es la denominación de los calibres realizados internamente, que Hublot anunció con la inauguración de su nueva manufactura. El primer representante de estos calibres manufactura fue el movimiento de cronógrafo flyback automático 1240. Inicialmente se integró en los King Power de 48 mm y ahora se presenta en el Big Bang Ferrari con la denominación 1241. La única diferencia apreciable es al ausencia del pequeño segundero correspondiente a la medición del tiempo “normal”.
Hublot es muy parco en detalles técnicos, lo cual no deja de ser paradójico dada la importancia de estos calibres manufactura. De todos modos, y partiendo de la información disponible, intentaré descifrar los entresijos de este movimiento de cronógrafo.
Para gobernar las funciones del cronógrafo, Hublot recurre a la rueda de pilares. Este sistema es el que aporta mayor precisión de funcionamiento a un cronógrafo y también es el más difícil y costoso de implementar. La rueda de pilares la están implementando regularmente las marcas más prestigiosas para sus más recientes calibres de cronógrafo, casi siempre acompañada de un sistema de embrague vertical. Atípicamente, Hublot recurre a un embrague horizontal, una solución que complementada con la rueda de pilares solo la hemos visto en el exquisito calibre CH 29-535 de Patek Philippe. La ventaja del embrague horizontal mediante palancas es su estética, mucho más atractiva que la del embrague vertical mediante discos. También, y no menos importante, permite realizar un mecanismo de un grosor mucho más contenido.
El calibre 1241 añade la función flyback al cronógrafo. Esto significa que con una sola pulsación detenemos, ponemos a cero e iniciamos nuevamente la medición. En un cronógrafo convencional, esta operación requiere de tres acciones sucesivas en sus pulsadores.
Otro aspecto técnico sumamente importante de este calibre es su escape realizado en silicio. Esta solución técnica es sin duda el futuro de la relojería mecánica y el presente en los más recientes calibres de algunas firmas, como Patek Philippe, Breguet u Omega.
Arquitectura y geometría aparte, la utilización del silicio en su órgano regulador, aporta una ventaja incuestionable a un movimiento mecánico, que es su amagnetismo. Hoy en día este factor es de suma importancia, ya que en nuestro quehacer cotidiano, cada vez más nos rodeamos permanentemente de aparatos electrónicos. Las baterías y transformadores de estos aparatos emiten de forma constante corrientes magnéticas, probablemente el principal enemigo para la precisión de un reloj mecánico. El silicio es inmune a dichas corrientes, lo que permite prescindir de soluciones más engorrosas, como la habitual caja interna anti-magnética de hierro dulce destinada a proteger el mecanismo.
Uno de los detalles en los que más se hizo incapié cuando se presentaron los primeros calibres UNICO, fue en el conjunto de su órgano regulador. Además del mencionado escape de silicio, el volante presentaba unas características ciertamente atractivas. Un diseño plano que se aleja de lo convencional, unido con un sistema de regulación tipo Patek Philippe Gyromax, pero con unos tornillos totalmente innovadores, que a priori aportaban una mayor facilidad de operación. Pues bien, si observamos la imagen superior (ampliar para mejor visión), veremos que los volantes de la imagen oficial del 1240 y del 1241 no se parecen en nada.
En la imagen de la derecha (calibre 1241) sí se puede apreciar el color azul del escape de silicio, oculto parcialmente por el puente del volante. Lamentablemente, esta pieza parece ser la única que conserva en su órgano regulador el nuevo 1241. La forma y material del volante no se parecen en nada, pero además, y mucho más grave, el sistema de regulación tipo Gyromax también ha desaparecido. Se puede apreciar claramente, que en el volante de la derecha no hay ningún tornillo de regulación y que en lugar de ello se recurre al típico y poco refinado sistema de ajuste por raqueta.
¿La imagen oficial del 1240 no se corresponde con el calibre que realmente montan los King Power?… No lo hace en ninguno de los que he podido observar. En todos ellos he visto el volante correspondiente a la imagen oficial del 1240 ¿Se utilizó inicialmente en los primeros modelos, pero ha dado problemas y se ha modificado?… es otra posibilidad. ¿Funcionó, pero es más barato prescindir de este volante? … también es otra posibilidad, pero si este es el caso, sería una lástima. Opino que es ciertamente poco acorde con su prestigio, que Hublot realice esta vital modificación sin dar explicación alguna, y lo que es peor, sin siquiera mencionarlo.
La reserva de marcha del calibre 1241 es de 70 horas, una cifra muy notable para un cronógrafo. Lo que no se menciona es si dicha reserva se obtiene mediante un barrilete de dimensiones mayores de lo normal o mediante dos barriletes acoplados.
Lo más sorprendente de este calibre es que los mecanismos correspondientes al cronógrafo: rueda de pilares, palancas de embrague, etc, están ubicados en la cara correspondiente a la esfera, cuando normalmente se integran en la cara del fondo y por tanto son visibles si el fondo del reloj no es opaco. Hublot no habla de ello, pero una explicación podría ser que no se trata de un movimiento de cronógrafo integrado, sino de un calibre modular.
Los calibres de cronógrafo más puros y valorados, los que se denominan integrados, son aquellos que desde un inicio se diseñan para integrar esta función. Los calibres de cronógrafo modulares se basan en un movimiento de base al que se añade un módulo para dicha función. Esta solución, la más económica, implica que necesariamente, por motivos técnicos, dicho módulo debe superponerse al calibre de base por la cara correspondiente a la esfera y por tanto no es visible.
Toda esta combinación de soluciones antagónicas es realmente desconcertante, ya que no tiene mucha lógica que un nuevo calibre de cronógrafo, para el cual se ha recurrido a las más avanzadas soluciones técnicas, sea de arquitectura modular. Si así fuera, puede ser debido a un planteamiento de desarrollo inverso al habitual. Es decir, que Hublot haya decidido crear un movimiento de base altamente tecnológico y presentarlo inicialmente con un modulo de cronógrafo añadido, para posteriormente obtener mecanismos de solo hora o con funciones añadidas, como serían un GMT o un calendario. Para ello solo haría falta omitir el módulo de cronógrafo en el primer supuesto o sustituirlo por el que aporte la función adicional en los demás casos. La ventaja de esta hipotética teoría, es que con un solo coste de desarrollo se obtiene la base para todo tipo de complicaciones.
Otra explicación, como ya he mencionado en el apartado correspondiente a la esfera, es que deliberadamente Hublot ha preferido mostrar la rueda de pilares mediante el semi-esqueletizado de dicha esfera. Esta es probablemente la respuesta más plausible, pero con ello siguen ocultándose el conjunto de palancas que hacen más atractiva la visión de un movimiento de cronógrafo integrado.
Conclusión
Si me tuviera que decidir por un reloj Hublot, sin la menor duda este encabezaría mi lista. La caja y todos los elementos que la forman es muy atractiva, original y con terminaciones excelentes. La esfera también cuenta con elementos ciertamente innovadores desde le punto de vista estético, y a pesar de ser compleja, la lectura de sus indicaciones es muy correcta. Por la parte del mecanismo, tanto su calidad como las soluciones técnicas que aporta merecen un sobresaliente. El único lunar es su volante, que como he mencionado desmerece el conjunto total del calibre, lo que inevitablemente reduce la nota final.
El Hublot Big Bang Ferrari es un cronógrafo deportivo de muy alta gama. No se trata de un reloj polivalente ni lo pretende ser, y precisamente su marcado caracter deportivo junto con su imagen robusta no lo convierten en la mejor elección como primer reloj. Pero sin duda se trata de un reloj altamente recomendable para el poseedor de una amplia colección, o para quien ya cuente con un par de relojes de alta gama de tipo polivalente o elegante. Para transmitirlo sin tapujos, es una clara alternativa al Offshore de Audemars Piguet, su natural competidor directo.