Lanzado originalmente en 2012, la colección Black Bay de Tudor rinde homenaje a los modelos icónicos de buceo de la firma. Si bien el estilo retro siempre ha sido una característica de la colección estrella de Tudor, las primeras referencias se dimensionaron según las preferencias del consumidor de hace diez años, ofreciendo una apariencia completamente vintage pero con un tamaño de caja de 41 mm. El Tudor Black Bay original fue un éxito rotundo en todos los sentidos, pero muchos coleccionistas clamaban por una versión más en consonancia con el tamaño de los modelos antiguos, y cuando apareció el Black Bay Fifty-Eight en 2018 con sus 39 mm, ofrecía exactamente lo que la gente había estado pidiendo. Es por ello que el lanzamiento delTudor Black Bay 54 es un poco inesperado dado que mide solo 2 mm menos, aunque seguro que habrá bastantes coleccionistas interesados, ya sea por su diámetro más pequeño o simplemente porque su estética nos remite, salvando las distancias, al Tudor Submariner vintage original ref. 7922 de 1954.
A simple vista, el Tudor Black Bay 54 (ref. M79000N) tiene un diseño muy similar al de otras referencias de la actual línea, aunque su caja de acero se ha reducido aún más para adoptar los 37 mm del modelo original, manteniendo su caja redonda sin protectores de corona y asas biseladas. Mientras que las coronas del Black Bay original y el más comedido Black Bay Fifty-Eight presentaban un perfil plano con un borde dentado, la del Tudor Black Bay 54 tiene un diseño bastante fiel a la del modelo vintage de 1954, es decir, con su parte superior abombada y firmada con el logotipo de la rosa de Tudor.
Asentado sobre la esfera se dispone un cristal de zafiro abovedado, mientras que en el reverso del reloj se cierra mediante un fondo sólido de acero atornillado. Su hermeticidad se mantiene en los más que correctos 200 metros habituales de la colección Black Bay. Rodeando el cristal encontramos un bisel de giratorio unidireccional equipado con un anillo graduado de aluminio negro mate, aunque a diferencia del resto de referencias Black Bay carece de índices para las unidades de minutos en el primer cuarto de hora. Una vez más, otra referencia estética al vintage ref.7922 de 1954.
La esfera negra está muy en línea con las que podemos encontrar en el resto de la colección, con una superficie ligeramente abovedada con índices horarios aplicados enmarcados en dorado y escala perimetral impresa en esta misma tonalidad. Aunque el dial ofrece una gran dosis de inspiración vintage, no es una recreación exacta de la que encontramos en la ref. 7922. Por ejemplo, en vez de sus agujas estilo Mercedes, implementa las típicas manecillas Snowflake de los Black Bay, y en lugar del original logotipo de la rosam, la esfera luce bajo las 12 horas el más moderno escudo Tudor.
Un detalle a tener en cuenta es que la base del minutero presenta un cono, un detalle que también encontramos en la nueva tercera generación de Black Bay que también ha presentado este año en el Watches & Wonders 2023. Del mismo modo, ya que mecanismo que le da vida dispone del certificado de cronómetro, la esfera implementa el texto «Chronometer Officially Certified», en lugar del «Rotor Self-Winding» impreso en el vintage.
Debido a su tamaño de 37 mm, el Tudor Black Bay 54 no implementa el calibre MT5402 del Black Bay Fifty-Eight de 39 mm, sino que recurre al mismo movimiento que late en el interior de los nuevos modelos no diver de 36 mm de la colección actual Black Bay: el Calibre MT5400. Cuenta con un rotor calado de tungsteno, un volante de inercia variable con una espiral de silicio amagnético, late a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Hz) y ofrece una excelente reserva de marcha de 70 horas. Su precisión cronométrica está avalada por el COSC, pero Tudor garantiza unos valores aún mejores de -2/+4 segundos por día una vez montado el calibre en la caja.
El Tudor Black Bay 54 se ofrece con un brazalete o una correa de caucho negro. El armis de acero presenta una construcción de tres eslabones con superficies satinadas y un diseño con remaches en los eslabones laterales. Por su parte, la correa de caucho negro se conecta a las asas mediante eslabones finales de acero para lograr un look integrada, mientras que su superficie interna presenta un motivo de «copo de nieve» en relieve para mejorar su comodidad y agarre.
La correa de caucho está disponible en tres tamaños diferentes, además de que se puede recortar para lograr un ajuste óptimo según la muñeca del propietario. Tanto el brazalete de acero con remaches como la correa de caucho negro vienen equipados con un cierre en forma de T de Tudor. Si optamos por el brazalete, su precio es de 3.800 €, mientras que si nos decidimos por la más deportiva correa de caucho su coste baja hasta los 3.600 €.