De nuevo, Tudor recurre a su historia para complacer a sus fans con el relanzamiento de la colección Ranger, un reloj de herramientas que conmemora el 70.º aniversario de la expedición británica al norte de Groenlandia de la que formaron parte los relojes Tudor Oyster Prince en 1952. Para ello, reduce su tamaño de los 41 mm (vigentes hasta 2020) a unos más ajustados 39 mm y lo equipa con uno de sus calibres manufactura.
Cuando Tudor lanzó el Oyster Prince hace 70 años, pensó que la mejor manera de demostrar su robustez era equipar a un equipo de exploradores de las capas de hielo del norte de Groenlandia. Con el apoyo de la reina Isabel II y Winston Churchill, un equipo de 30 personas partió para esta importante empresa. Los miembros de la expedición, principalmente científicos británicos y marineros, realizaron estudios glaciológicos y sísmicos en profundidad en varios lugares. Tudor también les pidió que recogiesen datos de rendimiento de los 30 relojes Oyster Prince, el primer modelo hermético y automático de la firma, que llevarían en condiciones extremas.
A pesar de la importancia de este hito, la historia del nombre Ranger se remonta mucho más allá de la British North Greenland Expedition. De hecho, fue registrado por Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex y Tudor, en 1929, solo tres años después de registrar la marca comercial «The Tudor». Aunque los relojes Tudor utilizados por sus miembros entre 1952 y 1954 nunca llevaron esta inscripción en sus esferas, los modelos Ranger posteriores han perpetuado el concepto del reloj de expedición, un instrumento robusto, práctico y asequible. Ese nombre fue elegido para añadir un aspecto aventurero a ciertos relojes de la colección. La estética que ahora reconocemos como Ranger no apareció hasta la década de 1960, con sus grandes números arábigos, generosamente revestidos con material luminiscente en las 3 (para los modelos sin fecha), las 6, las 9 y las 12 h, así como sus agujas de diseño único
Para su reaparición, el Tudor Ranger ref. 79950 está disponible únicamente en acero, con un diámetro de caja de 39 mm, hermética hasta 100 metros y con corona atornillada. Curiosamente, hace un año que Rolex suspendió la versión de 39 mm de su Explorer I, un reloj que comparte algunas similitudes con el nuevo Ranger. Entonces, si deseamos un reloj estilo Explorer de 39 mm, Tudor aprovecha la ocasión para ofrecerse como alternativa, aunque evidentemente a un nivel de precio y calidad diferente. El nuevo Ranger es resistente al agua hasta 100 m (330 pies) y tiene una corona atornillada para una total tranquilidad.
La esfera es de color negro mate, tiene una textura granulada y una forma ligeramente abovedada. Cuenta con índices horarios pintados con Super-LumiNova de tono ligeramente amarillo verdoso, el mismo material luminiscente que implementan las tres diferenciadas manecillas centrales. La horaria, más corta y acabada en una ancha punta de flecha; la minutera, más larga y de tipo bastón en punta; la segundera, de tipo lollypop trapezoidal y punta roja (el único detalle de color). Se acompaña de cuatro grandes numerales arábigos en las posiciones cardinales e índices rectangulares en las restantes. Y cabe alabar dos elementos (o ausencia de ellos) que mejoran enormemente su diseño: no encontramos ventana de fecha, y únicamente muestra el texto con el nombre de la marca, Geneve y el nombre de Ranger. Limpio, minimalista y efectivo.
La textura granulada es una buena combinación con la caja satinada, evitando por partida doble los molestos reflejos que causan los diales pulidos. Algunos elementos, como el borde vertical del bisel, están pulidos para sumarle un sutil toque de lujo.
El Tudor Ranger implementa en su interior el calibre manufactura MT5402, un moderno cronómetro que combina una excelente reserva de marcha de 70 horas con una frecuencia de 4 Hz, espiral de silicio amagnético y, por supuesto, la certificación cronométrica COSC. Todo ello, con un precio es sus tres versiones por debajo de los 3.000 €.
Las tres versiones se definen por la elección de correa o brazalete. El brazalete de acero satinado de tres eslabones (por suerte, sin falsos remaches) es la opción más recomendable, tanto por su polivalencia como por la poca diferencia de precio respecto a las correas (300 €). Incluye un cierre desplegable con cierre de seguridad T-fit de ajuste rápido en cinco posiciones. Las otras opciones son una correa de caucho natural y cuero negro tipo tejido, con costuras color beige y un cierre desplegable, o una correa de tela verde oliva con dos bandas rojas y una banda beige con hebillas.
Tudor ofrece su garantía de cinco años para toda la colección y lo hace sin necesidad de controles periódicos durante este período de tiempo. El Tudor Ranger 79950 tiene un precio de 2.880 € con brazalete de acero y de 2.590 € con la correa tejida Jacquard o la híbrida de caucho y cuero.