Ulysse Nardin presenta un nuevo reloj complicado: el Sonata Streamline. De hecho la novedad reside en su exterior, ya que el movimiento que utiliza, el calibre de carga automática UN67, un movimiento de impresionantes características técnicas y acabados, es el mismo que equipan dos relojes de su actual catálogo: el Sonata Silicium y el Sonata Cathedral Dual Time.
A pesar de que los “apellidos” Streamline, Silicium y Cathedral induzcan a pensar en diferentes características técnicas o funciones, no es así. Básicamente se trata de relojes con las complicaciones de alarma y GMT, dos funciones bastante comunes (más la de GMT) por separado, aunque menos habituales en conjunto. Lo que si es realmente propio y diría que único en este reloj es el sonido de su alarma.
La complicación de alarma tiene pocos misterios y su nombre lo dice todo. Se trata de un guardatiempo capaz de emitir un sonido a una determinada hora programada previamente. Todo ello, evidentemente de forma mecánica. Normalmente, este sonido es bastante estridente ya que su función es no pasar inadvertido. Lo realmente atípico del Sonata de Ulysse Nardin es que para generar el sonido recurre a una solución técnica habitual a los relojes con sonería, una familia de complicaciones que solo encontramos en los relojes más elitistas, y por supuesto caros, del mercado.
Así, el esquema mecánico de la alarma del calibre UN67, que podemos apreciar en la imagen superior, consiste en un martillo (sona inferior izquierda) que golpea con una determinada frecuencia el timbre que en forma de anillo metálico recorre el perímetro del movimiento. Esto produce un fenómeno curioso. Por una parte, el sonido que emite no es nada estridente y se acerca más, sin llegar a sus extremos de afinación tonal, al que encontraríamos en una repetición de minutos. Por otra parte, la intensidad del sonido es mucho mayor que en un repetición de minutos y algo menor que en una típica alarma de reloj mecánico. Resumiendo, suena lo bastante fuerte para que lo podamos oír sin problemas en un entorno relativamente silencioso, pero lo hace de una forma agradable.
Otra característica de este calibre es la utilización del silicio en su órgano regulador. Como ya hemos comentado en diversos artículos, el silicio es sin duda el mayor avance técnico que se ha producido en las últimas décadas en relojería mecánica. Hasta el punto de que quien no lo implante a medio plazo corre el riesgo de quedarse casi fuera de mercado. Concretamente, el UN67 de Ulysse Nardin utiliza el silicio en tres elementos de su órgano regulador: la rueda de escape, el áncora y la espiral.
La función GMT es extremadamente completa y funcional, ya que permite ajustar mediante dos pulsadores (+ y -) el huso horario en ambos sentidos. Además, al hacerlo, en saltos exactos de 1 hora, lo único que se modifica es la aguja de las horas, mientras que la aguja de los minutos sigue su curso de forma inalterada. Pero lo más remarcable es que la hora programada de la alarma se corrige de forma automática adaptándose al nuevo huso horario elegido.
En definitiva, se trata de un reloj que combina dos de las funciones más útiles en nuestros tiempos, especialmente si viajamos de forma asidua, y que además ofrece unos automatismos de ajuste de ambas funciones extremadamente fáciles de utilizar y que incluso se sincronizan entre sí de forma automática.
Como ya he remarcado al inicio del artículo, todo lo comentado hasta ahora es común a los tres modelos Sonata del catálogo Ulysse Nardin, ya que todos ellos utilizan el mismo mecanismo. Ahora vamos con las diferencias.
El Sonata Silicium y el Sonata Cathedral tienen en común su caja de 42 mm de diámetro, sus cajas solo disponibles en oro rosa o blanco y su esfera que conjuga una cierta elegancia con un carácter marcadamente contemporáneo. Es decir, se trata de relojes apropiados para un uso diario y que no resultan excesivos en tamaño o demasiado llamativos (oro blanco) cuando vestimos un traje. Con el Streamline parece que Ulysse Nardin ha querido otorgar al Sonata un carácter más deportivo. Para ello modifica los dos elementos externos más notorios: la caja y la esfera.
La caja es probablemente donde encontramos los cambios más significativos, ya que no solo modifica el diseño de carrura, bisel y pulsadores, sino que aumenta su tamaño hasta llegar a los 44 mm y además recurre a materiales más técnicos. Sobre los 44 mm, aunque están al límite de la mínima comodidad para muchos usuarios, son aceptables y corrientes en un reloj deportivo. Lo que, como ocurre en muchos otros relojes, me parece incongruente es que se aúne el titanio, la cerámica y el oro en su construcción. Los dos primeros son materiales muy comunes y apropiados en relojes deportivos, ya que aportan ligereza (el titanio) y resistencia a los arañazos (la cerámica). Lo que en mi opinión no tiene sentido es conjuntarlos con el oro, ya que sus principales defectos son precisamente su blandura y su peso.
Este nuevo Sonata se presenta en dos versiones. Una que solo utiliza el oro en pulsadores y corona, lo que minimiza los inconvenientes de este metal precioso, todo ello conjuntado con una carrura en titanio y un bisel en cerámica. Estéticamente nunca he sido partidario de relojes deportivos con elementos en oro, pero esto ya es una cuestión subjetiva personal.
El segundo modelo ya no tiene perdón desde el punto de vista práctico. Mantiene el conjunto de los pulsadores y corona en oro con la carrura de titanio, pero sustituye el bisel de cerámica por uno también de oro. Es decir, elige el material más propenso a los arañazos para el elemento más expuesto a golpes y rozaduras de un reloj.
De forma obligada por su calibre común, la distribución de las indicaciones en las esferas de los dos modelos es idéntica. Lo que los diferencia es la forma de dichas indicaciones y el material y or tanto color utilizados en ellas. Aquí, una vez más, me parece poco apropiada la elección de Ulysse Nardin para ambas versiones. Se elige el modelo relativamente discreto (el del bisel cerámico) para inundar su esfera de oro: agujas, marco de los sub-diales de GMT y alarma. Por otra parte, se elige el modelo más llamativo, el del bisel de oro, para implementar discretamente este material solo en las dos pequeñas agujas y en indicador de activación de alarma. ¿No sería más coherente hacerlo al revés?. Parece que Ulysse Nardín se haya empeñado en dejar sin opción a los partidarios de la discreción.
En definitiva, un reloj (con dos variantes) excelente desde el punto de vista mecánico, técnico y funcional, rozando la perfección en los tres parámetros. Si además existiera una versión totalmente en titanio y cerámica me parecería la perfección absoluta para el viajero que no necesite vestir con formalidad. Si existiera una versión totalmente en oro sería perfecta para los ostentosos, aunque el segundo modelo se acerca bastante a ello. También preferiría que su hermeticidad se multiplicara por lo menos por 2, ya que sus 5 bares son dignos de un reloj ultraplano de vestir, pero muy escasos para un reloj deportivo.