El Ulysse Nardin Classico Paul David Nardin es a la vez una sorpresa y una magnífica noticia. Me produce sorpresa porque no se presentó en el reciente salón ginebrino del SIHH, donde se hubiera convertido sin duda en una de las novedades mas comentadas y apreciadas. La buena noticia es que, siguiendo lo que parece una tendencia del sector, Ulysse Nardin recurre a sus extensos archivos históricos para su diseño.
Afirmar categóricamente que todo está diseñado en el sector relojero sería muy aventurado y probablemente excesivo. Pero también es cierto que crear un diseño innovador, sin caer en la extravagancia, en un objeto tan concreto como es un reloj es sumamente difícil. Esto parece tenerlo muy claro Ulysse ya que ha recurrido a un reloj del año 1945 para realizar lo que podríamos denominar una «réplica vintage».
Este nuevo Ulysse Nardin Classico Paul David Nardin plasma a la perfección un concepto que hace años reivindico; un reloj de estética clásica y elegante con caja de acero y equipado con un movimiento vanguardista que aporte los últimos avances en mecánica relojera.
La caja de este nuevo Classico está realizada en acero, un metal que no tiene el «pedigrí» del oro, pero que lo supera en aspectos físicos determinantes como son su menor peso y su superior resistencia a golpes y arañazos, todo ello sin que se vea perjudicada su elegancia si lo comparamos con el oro blanco, que sería la variante de este metal precioso más parecida desde el punto de vista cromático.
Su diámetro es de unos perfectos 39 milímetros, un tamaño que sin ser excesivamente reducido para tratarse un reloj clásico se aleja positivamente de las barbaridades que hemos visto en la última década. Este retorno a tamaños razonables es una saludable tendencia que parece seguir el sector relojero y que debe ser la única buena consecuencia de la crisis económica que vive el mundo. Las personas que no tenían ningún interés en los relojes y cuya única motivación era el exhibicionismo ya no compran. Los amantes de la relojería y de los bellos objetos, que siguen invirtiendo en relojes, no necesitan exhibirlos y evidentemente prefieren un tamaño de reloj coherente, cómodo de utilizar y discreto.
La estética general de este Ulysse Nardin Classico Paul David Nardin se puede definir como clásica, elegante y discreta. Es obvio que sobre cuestiones estéticas no se puede dogmatizar ya que todas las opiniones son igual de válidas, pero en mi opinión el Classico Paul David Nardin roza la perfección. Su esfera, que es el rostro del reloj, y que por tanto es lo que determina su imagen, destaca por el cuidado equilibrio en la distribución de sus indicaciones.
El nuevo logotipo de Ulysse Nardin se equilibra a la perfección con el pequeño segundero ubicado a las 6 horas, que además alberga en su interior la ventana del fechador, una ventana que se aparta de la típica forma cuadrada y que en su lugar recurre a un círculo que encaja a la perfección con las formas curvilíneas que predominan en la arquitectura de este reloj.
El fondo de la esfera es plateado, tono al que también recurren las agujas y los índices horarios aplicados sobre ella, un detalle este último que aporta ese grado de sofisticación discreta que tanto se aprecia en un reloj clásico de vocación elegante. Otro detalle exquisito es la aguja de acero azulada que nos indica los segundos, el único punto de color que se aprecia en este Ulysse Nardin Classico Paul David Nardin.
Aunque no disponemos de imágenes, la información oficial nos dice que el fondo de la caja es opaco y que en él encontramos grabado el logo clásico de la manufacture de Le Locle. Por tanto, no se deja ver el calibre UN-320 que oculta el interior de la caja, pero aunque invisible lo importante está bien presente; un movimiento de última generación equipado con una espiral y un escape realizados en silicio, lo que nos garantiza su inmunidad ante las corrientes magnéticas, sin duda el mayor enemigo actual de los relojes mecánicos.
En resumen, y con todo el riesgo que supone no haberlo tenido en la mano, puedo afirmar que este Ulysse Nardin Classico Paul David Nardin es uno de los relojes más atractivos, tanto desde el punto de vista estético como del técnico y el conceptual, que he visto en los últimos años. Como colofón, su precio es de 9.600 euros, una cifra más que razonable teniendo en cuenta el prestigio de la marca, la calidad de acabados y el arsenal tecnológico que incorpora. Todo un acierto de Ulysse Nardin.