Un viaje a la Manufactura Ulysse Nardin
Viajamos a La Chaux-de-Fonds, la legendario urbe relojera suiza, para visitar la manufactura Ulysse Nardin.
Hacía mucho frío. Un frío inusual en abril, incluso para un país como Suiza. Pero valió la pena sufrir las inclemencias ya que iba a visitar la Manufactura Ulysse Nardin, una de las pocas “históricas” que me quedaban por conocer de primera mano. También es un viaje inusual, ya que no se trata de la típica visita organizada para la prensa, sino de unas jornadas pensadas para que los especialistas de las relojerías que venden relojes Ulysse Nardin conozcan mejor la historia y la idiosincrasia de la marca. Por tanto soy el único miembro de un medio de comunicación del grupo, un detalle más que agradecer a Diarsa, que como distribuidor de Ulysse Nardin en la Península Ibérica organiza este viaje.
Esta peculiaridad resulta especialmente interesante, ya que me proporciona la oportunidad de apreciar las diferencias de planteamiento entre un viaje de prensa y uno diseñado para los distribuidores de la firma suiza. El viaje también tiene una extensión inusual de tres días, pero ello se justifica plenamente por dos motivos. El primero es que, como la mayoría de los “grandes”, Ulysse Nardin cuenta con más de una manufactura, a lo que hay que añadir una visita complementaria a las instalaciones de Donzé Cadrans y otra al Museo Ulysse Nardin. El segundo motivo es que Diarsa me permitió asistir a una jornada complementaria dedicada exclusivamente a temas de marketing, de estrategia de producto y de mercado, lo que me ha proporcionado una interesante visión complementaria de la industria relojera.
En este artículo trataré la visita a la manufactura que Ulysse Nardin cuenta en la población de La Chaux-de-Fonds y en un segundo artículo visitaremos la Manufactura histórica de Le Locle. Dejaré para más adelante un merecido artículo dedicado exclusivamente a Donzé Cadrans, probablemente la manufactura de esferas esmaltadas con más historia y prestigio dentro de la industria relojera Suiza. Por motivos éticos no incluiré detalles sobre la jornada dedicada al marketing, ya que considero que la mayoría de lo que en ella se trató cuenta con un carácter confidencial y tiene poco interés para nuestros lectores.
25 de abril 2016: Manufactura Ulysse Nardin – La Chaux-de-Fonds
El viaje organizado por Ulysse Nardin se inicia en La Chaux-de-Fonds, la principal población del Cantón de Neuchâtel, que junto con Ginebra y el Vallée de Joux agrupan a la práctica totalidad de la Alta Relojería suiza. Es importante señalar que el urbanismo relojero, repleto de manufacturas, de La Chaux-de-Fonds, esta reconocido por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y tampoco cabe olvidar que en esta ciudad nació le célebre arquitecto y urbanista Le Corbusier. Por tanto, estamos ante una urbe donde se respira relojería por todas partes. De hecho, la práctica totalidad de las cerca de 40.000 personas que en ella habitan trabajan en temas directamente relacionados con la relojería o con sus servicios adyacentes.
En La Chaux-de-Fonds visitamos la primera de las manufacturas de Ulysse Nardin. Adquirida y renovada en el año 2001 y más tarde ampliada en el 2004, es la de más reciente construcción y por tanto la más moderna, algo que ya se aprecia en su arquitectura exterior. Además de otros trabajos que veremos a continuación, en ella se efectúa principalmente la fabricación de los componentes que luego ensamblados darán lugar a los relojes Ulysse Nardin.
El primer departamento que visitamos es el de diseño, que lógicamente es el primero dentro de cualquier proceso productivo. Este es un departamento que por razones obvias no se incluye en la visita de muchas manufacturas. En otras se visita pero no se permiten realizar fotografías. Luego están las que sí permiten visitar este departamento (o parte de él), pero rápidamente se aprecia que lo que se ve en los monitores está preparado para las visitas, a modo de demostración, y no incluye ninguno de los futuros desarrollos de la marca.
Ulysse Nardin es uno de los raros casos que no se pueden incluir en los anteriormente descritos. En ningún momento dio la sensación de que los diseñadores alteraran su trabajo por el hecho de ser visitados, lo que se corroboró por el hecho de ver en sus pantallas esquemas de calibres que (salvo omisión por mi parte) aun no están en producción. No es el caso de la imagen superior donde vemos el esquema del conocido e impresionante calibre UN-170. Por motivos obvios no publico ninguna imagen de diseños futuros.
En el trayecto de salida del departamento de diseño hacia las naves de producción, nos encontramos con un curioso aparato, en cierto modo rudimentario, que se utiliza para realizar el test de impacto a relojes ya terminados. Al igual que en todas las manufacturas relojeras, este test no se aplica a la totalidad de la producción, sino a una muestra de cada serie. Realmente impresiona el impactante martillo que sujeto a modo de péndulo impacta sobre el reloj testado. Como apasionado y ciertamente obseso del estado de mis relojes, un inevitable sudor frío recorre mi cuerpo imaginando a cualquiera de mis relojes sometido a tal amenaza.
Acto seguido entramos en la nave donde se efectúa la primera de las fases productivas propiamente dicha; la de la elaboración primaria de los componentes del movimiento partiendo del metal en bruto. Al igual que en toda manufactura relojera moderna, en ella encontramos un parque de máquinas CNC (Computerized Numerical Control) que, en base a los diseños que se elaboran en el primer departamento que hemos visitado, cortan y perfilan con total precisión platinas, puentes y los otros elementos de tamaño relativamente grande que componen el mecanismo de un reloj.
En concordancia con una manufactura de reciente construcción, como es el caso de la de Ulysse Nardin en La Chaux-de-Fonds, la maquinaria CNC que en ella encontramos es muy moderna y avanzada, algo que facilita y en algunos casos evita o reduce al mínimo la necesidad de acabados manuales posteriores de las piezas que se producen.
En la siguiente nave encontramos otro tipo de maquinaria, dedicada a piezas de menor tamaño; tornillos, ruedas, piñones, etc. En esta fase ya se aprecia que la intervención manual de los operarios es más elevada, dependiendo en muchos casos el resultado final más de su habilidad que de la precisión de la maquina que emplean.
El proceso productivo de todas las manufacturas relojeras es prácticamente idéntico, diferenciándose las que elaboran productos de mayor calidad (y precio) por el grado y la atención de los acabados manuales de cada una de las piezas. Pero, como dice el refrán «todo maestrillo tiene su librillo», y cada manufactura tienen algún método particular para ciertas operaciones.
Esto también ocurre en la manufactura Ulysse Nardin de La Chaux-de-Fonds, donde quedé literalmente asombrado por el original método empleado en la fijación de platinas y puentes mientras se realiza operaciones en ellos: la congelación!… Sí, habéis leído bien, se congela la pieza sobre el soporte para que no se mueva ni una milésima de milímetro, lo cual evidentemente se consigue.
Otra gran sorpresa para quien no conoce lo que se esconde tras la marca Ulysse Nardin: fabrican sus propias espirales. Para comprender la magnitud e importancia de este hecho baste con decir que son suficientes los dedos de una mano para contar las manufacturas capaces de ello. El motivo de tal dificultad es que estamos hablando del componente más delicado y difícil de fabricar, que además es el que mayor influencia directa tiene en la buena o mala marcha de un reloj mecánico. La prueba de ello es la imagen superior, donde vemos multitud de espirales alojadas en compartimentos de un enorme mueble donde apreciamos una serie de numeraciones.
El motivo de este preciso almacenamiento es clasificar las propiedades elásticas y de fuerza de cada espiral de acorde con las mediciones proporcionadas por una maquina especialmente diseñada para ello. Así, los relojeros que montan cada reloj conocen las propiedades físicas de la espiral que van a utilizar y realizan la primera regulación de acorde con ello, lo que permite ganar tiempo y precisión.
Aunque el proceso de ensamblaje y regulación de los movimientos lo veremos en la segunda parte de este artículo, dedicado a la manufactura de Le Locle, en esta de La Chaux-de-Fonds también observé esta fase, al parecer dedicada a las piezas más vanguardistas y de tecnología más avanzada.
Un prueba de ello es el impresionante calibre UN-170 que podéis observar en estas imágenes, una de las mayores muestras de la avanzadísima tecnología de Ulysse Nardin. Se trata de movimiento que da vida al espectacular Skeleton Tourbillon Manufacture que, como su nombre dice, incluye un regulador tourbillon, una de las complicaciones que más energía consumen de un reloj. Pese a ello, este calibre es capaz de ofrecernos unas asombrosas 170 horas de reserva de marcha!.
Anchor Escapement: el «Escape Constante» de Ulysse Nardin
El próximo paso de la visita fue acomodarnos en una sala donde se nos mostró y explico con todo detalle la obra cumbre de Ulysse Nardin en cuanto a relojería vanguardista: su Anchor Escapement.
En la imagen superior se puede ver una pantalla donde se nos explico el principio del Anchor Escapement, el sistema de escape constante con componentes de silicio desarrollado internamente por Ulysse Nardin. Probablemente a muchos os asombre que Ulysse Nardin trabaje el silicio, pero no es solo eso, ya que Ulysse fue la primera manufactura relojera en investigar y desarrollar componentes de silicio, un material que hoy en día se considera la cumbre de los avances modernos de materiales en técnología relojera.
Muchos se han apuntado al carro del silicio y solo unos pocos son capaces actualmente de producir componentes con esta aleación de forma interna. Pues bien, Ulysse Nardin puede presumir de hacerlo en el año 2001, cuando nadie más se lo planteaba. Este es el gran «punto débil» de esta histórica manufactura; el no haber sido capaz de transmitir al público su historia y sus logros técnicos. Por ello es probable que a muchos os esté asombrando lo que leéis en este artículo. Por otro lado, parece que Ulysse tiene claro este déficit comunicativo y va a tomar muy en serio las medidas para solventarlo.
Son siete los años de investigación y de desarrollo en colaboración con Sigatec (empresa especializada en la realización de micro-componentes en silicio y que pertenece también a Ulysse Nardin) los que ha precisado la firma de Le Locle para desarrollar su Anchor Escapement.
En estas imagenes ya podemos apreciar en vivo el escape de silicio de Ulysse Nardin. Como no soy ingeniero mecánico, ni tengo los suficientes conocimientos para explicar con precisión el principio de funcionamiento de este revolucionario sistema de escape, os reproduzco textualmente la explicación técnica que da Ulysse Nardin sobre él:
«Impulsando el principio tradicional del escape a ancora suiza, el nuevo Ulysse Anchor Escapement pone en escena un bastidor circular en silicio en cuyo centro está fijada un ancora, colgada en un mismo plano por dos laminas arqueadas – es decir mantenidas bajo presión para que puedan curvarse – una frente a la otra. Este complejo dispositivo utiliza la propiedad física de los muelles lámina que se deforman sobre un cierto eje, manteniéndose perfectamente rígidos sobre el otro, para reproducir las funciones cinemáticas de un pivote.
La impulsión de cada alternancia del bastidor transmitirá su energía a las láminas que volcaran de un estado de equilibrio a otro de la misma manera que una horquilla-clip para el cabello. El ancora, desprovista de eje, pivotará de un lado a otro sin generar ningún momento de roce. Y aún mejor, volviendo a posición inicial, el sistema va a restituir la fuerza adquirida, dejando el balance energético casi nulo. Además, esta geometría que prescinde del puente de ancora – puesto que ya no es dependiente de un eje – permite la reducción substancial de la espesura de la máquina»