Urwerk EMC Black
Hace casi un año, Urwerk nos desveló el resultado final del proyecto desarrollado por su laboratorio experimental U-Research Division, el EMC (Electro Mechanical Control). Nacido bajo la idea de diseñar un guardatiempos en el que la interacción con el propietario superara todo lo visto hasta el momento, el EMC permite al usuario calcular con precisión la cronometría del movimiento para, posteriormente, poder ajustarla fácilmente según sus hábitos y estilo de vida, sin necesidad de recurrir a los servicios técnicos. Urwerk nos descubre ahora el EMC Black, una versión cuya novedad reside en implementar un recubrimiento en DLC negro satinado que le confiere una imagen más extrema acorde a sus características técnicas.
Con su caja rectangular de 43 mm de ancho, 51 mm de largo y 15,8mm de grosor fabricada en titanio y acero, el EMC no varía un ápice su arquitectura respecto la primera versión. En este artículo podéis leer el análisis detallado de su funcionamiento. Lo más interesante es cómo el EMC monitoriza la cronometría del reloj. Un sensor óptico en el volante capta la tasa exacta de oscilación del regulador de 4 hercios en un periodo de tres segundos. Este sensor consiste en un transmisor y un receptor situados a cada lado del volante, que se activa al apretar el botón situado en la carrura izquierda. Un oscilador electrónico de 16.000.000 hercios aporta la referencia cronométrica con la que comparar los valores obtenidos por el sensor. Finalmente, un minúsculo ordenador determina las ínfimas diferencias entre ambos valores: por ejemplo, una variación de tan sólo 0,0000014 segundos por cada media oscilación se traduce en una ganancia o pérdida de un segundo al día. La electricidad necesaria se consigue mediante un micro-generador interno conectado a la manivela escondida en la carrura derecha. Cada diferencia en microsegundo se expresa como una ganancia o pérdida de un segundo por día, mostrándose en el indicador de precisión al pulsar un botón ubicado en lo que serían las 8 horas en un reloj convencional. El ajuste final se realiza mediante el tornillo implementado en el dorso de la caja, actuando sobre la longitud activa de la espiral del volante.
No podemos hablar de una esfera propiamente dicha, sino de una zona central de contorno irregular en la que se agrupan los cuatro indicadores independientes. En sentido horario y empezando por la zona superior derecha, observamos el segundero, seguido por el subdial de horas y minutos. A su izquierda presenta el indicador de reserva de marcha de 80 horas en forma de arco. En la zona superior izquierda encontramos el contador de dimensiones más generosas, el Indicador delta de precisión instantáneo antes citado con una escala de -20 a +20 segundos al día. El nuevo y atractivo acabado DLC negro satinado consigue un contraste mucho más vivo, logrando que la lectura de las indicaciones sea más nítida.
En su trasera, un cristal de zafiro nos desvela el calibre completo con la placa de circuito integrado (protegido por una rejilla), uno de los dos barriletes, la parte superior del volante y el sensor óptico del lado de manivela. El tornillo de ajuste se sitúa sobresaliendo del zafiro. Entre tanta tecnología, la decoración no ha sido descuidada, presentando Côtes de Genève, biselado y acaracolado distribuidas en puentes, barriletes y engranajes.
A pesar de carecer de casi cualquier complicación tradicionales, la complejidad del EMC ha conllevado que hayan sido seis los años destinados a su desarrollo. Por tanto, es normal y habitual que se busque amortizar esta costosa etapa de investigación mediante el lanzamiento de diferentes versiones con leves cambios estéticos. El Urwerk EMC Black es una edición limitada a 55 unidades.