Vacheron Constantin FIFTYSIX Automático
Y llegamos al Fiftysix Automático, el reloj con el que Vacheron Constantin ha roto descaradamente la baraja en el sector. Comparativamente con el Calendario Competo y con el Fecha-Día, su precio de 12.100 € es aun más inimaginable que el de estos para un reloj Vacheron Constantin.
Obviamente todo tiene una explicación, pero no debemos buscarla en cu caja, idéntica en diseño, estructura y dimensiones que la de sus compañeros de colección. Solo siendo rebuscados podemos realizar una pequeña reflexión con este elemento. El movimiento que equipa el Automatico es 1,1 milímetros más delgado que el del Calendario Completo y 1,4 mm más fino que el del Fecha-Día. En consecuencia, es evidente que Vacheron hubiera podido adelgazar proporcionalmente la caja de Automático, algo que no ha hecho. También es evidente que utilizar los mismo elementos y dimensiones en todas las cajas de la colección abarata costes. Pero también es cierto que ello afecta a los tres modelos, no solo al Automático. Por tanto no hay ninguna explicación lógica para buscar en la caja algún motivo de su increíble precio.
Seguimos con la esfera, con un diseño clásico de tres agujas centrales y fechador por ventanilla ubicado a las 3 horas. Con este elemento nos encontramos en el mismo caso que con la caja. Indicaciones aparte, no encontramos ninguna diferencia en sus principales elementos y en sus acabados con respecto al resto de relojes de la colección Fiftysix. Tampoco encontraremos aquí el misterio de su precio.
Y finalmente llegamos al movimiento que equipa el Fiftysix Automático. Aquí si que encontramos indicios para pensar que este crucial elemento es el principal responsable del precio de este reloj.
Lo primero que hace pensar en ello es que se trata de un movimiento totalmente nuevo, el calibre 1326. Al contrario que con los otros dos relojes que componen la colección, Vacheron ha declinado utilizar un calibre ya existente en su catálogo. Un ejemplo de movimiento automático «solo hora» con fechador al que hubiese podido recurrir es el 2450 que equipa el Patrimony.
A partir de aquí, una consulta con los responsables de Vacheron Constantin ha desvelado el misterio y confirmado mis especulaciones. El calibre 1326 no está manufacturado enteramente por Vacheron Constantin. Su origen es la Manufacture Horlogère ValFleurier, perteneciente al Grupo Richemont, donde se diseñan y desarrollan calibres mecánicos para diversas marcas del grupo.
Para ser concisos, ValFleurier proporciona a Vacheron lo que en relojería se denomina un «ébauche», que podríamos definir como un movimiento «en bruto». Se suministra la platina y el resto de componentes del movimiento (salvo el órgano regulador) sin montar y sin decorar. A partir de aquí, ya en su manufactura ginebrina, Vacheron puede modificar o retocar alguno de estos componentes, los decora y acaba según sus exigencias y los ensambla para posteriormente proceder a la regulación y al control de calidad.
Todo ello conlleva una evidente reducción de costes. Debemos tener en cuenta que el diseño y desarrollo de un nuevo calibre «básico» suele requerir unos 3 años y un coste que difícilmente baja de los siete dígitos. Distribuir este tiempo y costes entre varias marcas no es lo mismo que hacerlo para una sola.
Adicionalmente, también podríamos buscar una posible reducción de costes en los acabados de calibre 1326, pero teniendo en cuenta los parámetros de máxima calidad que aplican invariablemente en todos sus relojes las marcas de relojería de máximo nivel, como es el caso de Vacheron, deberíamos descartar a priori esta opción. La única forma de comprobarlo sería comparando mediante lupa el calibre 1326 y el 2450. En el SIHH lo tuve en la mano, pero evidentemente no había tiempo para tales observaciones.
Analizando sus parámetros técnicos, especialmente su altura de 4,3 milímetros, bastante superior a los 3,6 mm del calibre 2450, sí podemos encontrar un motivo adicional de reducción de costes. Una mayor delgadez, especialmente a estos niveles extremos, siempre implica un aumento de costes en todo el proceso, desde las tolerancias de cada uno de los componentes hasta la dificultad y el tiempo requerido para su ensamblaje.
Lo que finalmente resulta evidente es que el máximo, probablemente único, responsable del rompedor precio del Fiftysix Automático es el calibre 1326 que equipa. Con él se consigue que la versión de oro rosa tenga un precio de venta de 20.200 € y la de acero 12.100.