No se atisba en el horizonte cercano ninguna renovación mayor del Overseas de Vacheron Constantin. También es lógico, ya que la Alta Relojería poco tiene que ver con sectores como la electrónica, donde los productos se convierten en obsoletos en cuestión de meses. Incluso ocurre lo contrario, que las primeras series de los relojes históricos/icónicos/legendarios, como los queramos calificar, se revalorizan.
A pesar de que, por el motivo que sea, el Overseas de Vacheron Constantin nunca ha adquirido la «popularidad» de sus equivalentes en otras grandes firmas, como puede ser el Nautilus de Patek o el Royal Oak de Audemars, es una pieza que si analizamos objetivamente, concluimos que poco o casi nada le podemos pedir a Vacheron que modifique en él, especialmente si nos centramos en el cronógrafo.
42 milímetros de diámetro; unas dimensiones perfectas para un reloj deportivo/polivalente. Una caja interna de hierro dulce que protege a su movimiento de las perniciosas influencias de las corrientes magnéticas, cada día mas presentes y cercanas. Un movimiento, de origen Frederic Piguet, que probablemente es el cronógrafo integrado de carga automática más fiable y probado de la historia. Un gran fechador por doble ventanilla, una pequeña pero extremadamente útil complicación muy rara de ver asociada a un cronógrafo.
¿Que más le podemos pedir?. Probablemente tendremos que recurrir a argumentos estéticos, que como tales son siempre subjetivos, para objetarle algo. Por si fuera poco, el precio de las versiones de acero ronda los 18.000 €. Cierto que es una cifra que en términos absolutos no se puede calificar de nimia, y menos para las personas ajenas a esta afición. Pero para los amantes de la relojería mecánica, que considerarán que se trata de un reloj con cronógrafo integrado por rueda de pilares de una de las firmas más prestigiosas de la Alta Relojería, su precio puede parecer casi una ganga. Más aun si comprobamos que es bastante inferior al de sus equivalentes en calidad y prestigio.
Os preguntaréis el motivo de toda esta parrafada sobre el Overseas Chronographe. Bien, admito que he utilizado el anuncio de una ínfima variante de este modelo para recordar al que, en mi opinión, es uno de los relojes más objetivamente recomendables del mercado.
De forma no meditada la estructura de este artículo me ha salido al revés de lo habitual, con lo que tendré que concluir con su motivo. Vacheron nos anuncia que el Overseas Chronographe con esfera azul, del cual ya os hablé en un artículo de agosto del año pasado, además de con brazalete, ahora está disponible con correa de piel de aligator. A esta correa, de color azúl, le acompaña otra de caucho del mismo color. Es un conjunto lógico ya que la de aligator le otorga un aire más formal y elegante, pero anula una de las grandes virtudes de este reloj que es su hermeticidad de 15 bares. Así, cuando utilicemos el Overseas en entornos acuáticos, solo tenemos que montar la correa de caucho para poder exprimirlo al máximo.
Es una opción más, aunque personalmente opino que el brazalete es la mejor elección para el Overseas y para cualquier reloj de este estilo, ya que precisamente fue diseñado para que su brazalete metálico se integrara en la caja como si fuera un solo conjunto. Además, el brazalete le otorga una polivalencia superior, tanto desde el punto de vista estético como práctico. No pierde elegancia con respecto al aligator, ni posibilidades acuáticas con el caucho. Por algo será que los tres grandes relojes históricos de uso universal, el Nautilus, el Royal Oak y este Overseas, fueron concevidos desde un inicio para utilizar con su correspondiente brazalete metálico, lo mismo que ocurre con sus equivalentes de un escalón inferior, como el Speedmaster de Omega o el Submariner de Rolex.