Vacheron Constantin sigue imparable su estrategia de apertura de nuevas boutiques. Sao Paolo en octubre, Seoul en noviembre y la recién estrenada de Ion Orchard de Singapore, también en noviembre. Esta última inauguración es la que viene a cuento del titular de este artículo, ya que en dicho evento se ha presentado un nuevo reloj de la colección Traditionnelle.
También parece cada vez más clara la decidida apuesta de Vacheron Constantin por el mercado asiático. No lo digo solo por el numero constante y creciente de nuevas aperturas de boutiques en dicho continente, sino por los relojes que se crean en exclusiva para dichos mercados. Nuevamente estamos ante uno de estos casos, ya que el Traditionnelle protagonista de estas líneas solo estará disponible inicialmente en la nueva boutique de Ion Orchard, para posteriormente, de momento sin periodo temporal especificado, ser comercializado a través del resto de boutiques de la marca, algo que una vez más discrimina a los clientes de países que no cuentan con una de dichas boutiques.
Centrándonos en este nuevo Traditionnelle, tengo que admitir que inicialmente me desconcertó. Al ver por primera vez las imágenes de prensa, no aprecié más que un reloj con caja Traditionnelle de 41 milímetros de diámetro, realizada en platino y con una geometría que se puede calificar de extraplana. La esfera transmite una sensación de nitidez extrema ya que solo encontramos en ella las agujas de horas y minutos.
Lo primero que me llamó la atención es que curiosamente prescindía de los típicos indices tipo ferrocarril para medir los minutos que se utilizan en todas las esferas de los relojes de esta colección. Luego, leyendo las especificaciones y ampliando las imágenes vi que los largos índices horarios eran diamantes talla baguette aplicados sobre la base de la esfera!
Los que nos leéis habitualmente ya sabéis que no soy precisamente un fan de los relojes femeninos (la mayoría) que utilizan diamantes en su caja o esfera. Si se trata de relojes masculinos, como es el caso, incluso me parece ostentoso y de mal gusto. Lo curioso, es que este nuevo Traditionnelle de Vacheron Constantin no me produce ninguna de dichas sensaciones negativas. No llego al punto de incluirlo en alguna de mis listas imaginarias de futuros relojes deseables para adquirir, pero me parece una pieza sumamente elegante y con un original toque de exclusividad que, sin caer en extravagancias, le otorgan los diamantes de sus índices horarios.
Otro detalle sorprendente, que a estas alturas podemos considerar también de exclusivo, es el movimiento que ha elegido Vacheron Constantin para este Traditionnelle. Se trata del célebre calibre de carga automática 1120. Es realmente curioso que en una etapa en que Vacheron equipa la práctica totalidad de su catálogo con sus movimientos propios de última generación, haya elegido este calibre 1120 cuyo creador fue Jaeger-LeCoultre (denominación 920) en el año 1967 y que por sí mismo encierra una buena historia, puesto que, como ya he comentado en alguna otra ocasión, tiene el mérito de ser el único movimiento que han utilizado o utilizan los «tres grandes»: Patek Philippe en su primer Nautilus (denominación 28-255), Vacheron Constantin (denominación 1120) y Audemars Piguet (denominación 2120).
Con ello no quiero decir que no se trate de un calibre «manufactura» Vacheron, ya que al contrario de lo que ocurría años atrás, cuando Jaeger manufacturaba el calibre «en bruto» y Vacheron (o sus dos célebres competidores) lo personalizaba y aplicaba sus exquisitos acabados, ahora lo crea desde cero, con lo que la parte de Jaeger se queda simplemente en el diseño, que en su día realizó por encargo compartido de las tres marcas mencionadas y que nuca utilizó en sus relojes. Este calibre 1120 solo lo podemos encontrar en otros dos relojes del extenso catálogo actual de Vacheron: el Traditionnelle automático convencional y el Historiques Ultrafine 1968.
El 1120 es un calibre cuyas dos grandes peculiaridades son su extrema delgadez (2,45 milímetros) para tratarse de un movimiento automático de rotor central y el original sistema de oscilación de su rotor, que se desliza sobre un rail que recorre todo el perímetro del movimiento. Con tantas décadas a cuestas equipando alguno de los relojes más prestigiosos de la Alta Relojería, evidentemente la fiabilidad de este 1120 está más que probada, aunque lógicamente sus datos técnicos son algo inferiores a la mayoría de calibres desarrollados en fechas más recientes: 19.800 alternancias por hora y 40 horas de reserva de marcha.
Dada su presentación y exclusividad inicial para el mercado asiático, de momento no he tenido la oportunidad de tener este nuevo Traditionnelle en mano, pero la impresión general que me transmiten las imágenes es altamente favorable, especialmente por los dos motivos que he mencionado: original e incluso discreta utilización de los diamantes con el añadido de un movimiento que podemos calificar de histórico y de auténtico coleccionismo.
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