El nombre completo de esta pieza única de Vacheron Constantin es Les Cabinotiers Homage to Pierre Paul Rubens, La lutte pour l’étendard de la Bataille d’Anghiari. La gran longitud de este nombre lo convierte en poco práctico pero resulta imprescindible para calificar el reloj. En él se menciona sucesivamente la colección a la que pertenece, el pintor que creó la obra que se reproduce en su esfera y su nombre, en este caso el que dedicó el pintor germano a la batalla de Anghiari.
El original proceso que ha dado como resultado este Les Cabinotiers Homage to Pierre Paul Rubens, se inició en el 2020. De él hablamos en un artículo que publicamos en diciembre del mismo año, en el que explicábamos la filosofía y las fases que debería superar este reloj, nacido de la colaboración entre su futuro propietario, Vacheron Constantin y el Museo del Louvre.
Como ya hemos comentado, el proceso se inició con su anuncio en diciembre del 2020, el mismo mes en el que se realizó la subasta para determinar el futuro propietario del reloj. A partir de ahí, esta afortunada persona, el Louvre y Vacheron Constantin eligieron cual sería la obra pictórica que se reproduciría en su esfera. Luego vino el proceso artístico de los especialistas de la manufactura ginebrina que ha dado como fruto el Vacheron Constantin Les Cabinotiers Homage to Pierre Paul Rubens.
La propuesta inicial era plasmar la obra pictórica elegida en la esfera del reloj mediante técnicas de esmaltado. Dado el carácter monocromático de esta obra de Rubens, el maestro esmaltador de Vacheron Constantin eligió el esmalte en miniatura y el esmalte grisalla, una técnica esta última especialmente utilizada en obras de este carácter. Para hacernos una idea de la complejidad del trabajo efectuado, basta mencionar que se han utilizado nada menos que 20 tonos distintos de marrón para plasmar godas las sutilezas del dibujo original de Rubens.
El resultado final es tan exquisito como aparentemente sobrio ya que la complejidad de los detalles de la pintura solo se apreciaran mediante una observación muy cercana. Por otra parte, esta discreción convierten a este Vacheron Constantin Les Cabinotiers en un reloj perfectamente utilizable en un uso diario, aunque dudo que alguna vez abandone el hogar de su propietario.
Con una lógica estética absoluta, el material elegido para elaborar la caja ha sido el oro rosa, que ofrece una tonalidad en la misma gama cromática que la pintura que se representa en la esfera. Su diámetro es de 40 milímetros y su grosor de tan solo 9,42 mm.
El fondo de la caja cuenta con un cristal de zafiro que permite admirar el movimiento y también con una tapa maciza de oro que se abre o cierra mediante bisagras, que también ofrece la posibilidad de la personalización que desee su propietario mediante un huecograbado manual.
En el interior de esta caja encontramos el calibre 2460 SC. Se trata de un movimiento de carga automática cuyo volante oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y ofrece una reserva de marcha de 40 horas.
Una característica muy especial de este movimiento es que su masa oscilante, realizada en oro de 22 quilates, se ha decorado con un grabado que reproduce la fachada este del Museo del Louvre, algo que evidentemente se ha realizado expresamente para el calibre que equipa este reloj.
Sobra decir que el Vacheron Constantin Les Cabinotiers, Homage to Pierre Paul Rubens es una obra de arte relojera tan espectacular como exquisita. Lo negativo es que, por mucho dinero que tengamos, no la podremos adquirir ya que se grata de una pieza única.