El Les Cabinotiers Minute Repeater Tourbillon Sky Chart es el segundo reloj que nos adelanta Vacheron Constantin como novedad pre-SIHH. Al igual que el Grand Complication Phoenix se trata de un reloj que pertenece a la colección Les Cabinotiers, lo que de por sí ya denota que se trata de una pieza excepcional.
Simplemente con la traducción del nombre del Les Cabinotiers Minute Repeater Tourbillon Sky Chart, ya se desvelan todas las grandes complicaciones que ofrece este Vacheron Constantin: Repetición de Minutos, Tourbillon y Carta Celeste.
A pesar de ofrecer tres de las complicaciones más complejas que existen, la esfera del Minute Repeater Tourbillon Sky Chart es extremadamente nítida. En ella solo destaca la gran apertura, a las 6 horas, que nos muestra la jaula del tourbillon en todo su esplendor.
Los motivos de esta nitidez de esfera son dos. El primero y obvio es que la Repetición de Minutos es una indicación sonora y que por tanto no se muestra visualmente. El segundo motivo, muy habitual en este tipo de complicación, es que Vacheron ha decidido mostrar la Carta Celeste en el reverso del reloj.
La consecuencia es que una vista frontal de este reloj esconde mucho de lo que ofrece, pero bajo una percepción experta, esta misma visión también muestra detalles que delatan que hay bastante más.
El primer detalle es la corredera de la Repetición de Minutos, ubicada entre las 8 y las 9, que delata que estamos ante un reloj con una complicación de sonería. El segundo es el misterioso pulsador ubicado a la altura aproximada de las 4 horas, un elemento que normalmente asociamos a un cronógrafo, pero que en este caso sirve para regular la Carta Celeste que se muestra en la segunda esfera que ofrece el reverso del «Les Cabinotiers Minute Repeater Tourbillon Sky Chart».
En esta segunda esfera, también protegida por cristal de zafiro, se muestra el cielo nocturno que se observa desde la ciudad de Ginebra. Todo este escenario cósmico realiza un giro completo cada 23 horas y 56 minutos, lo que equivale a la duración exacta de la hora sideral.
El mecanismo responsable de todas estas complicaciones es el calibre 2755, un movimiento de carga manual creado por Vacheron Constantin especialmente para la colección Les Cabinotiers. Como ya vimos en el artículo sobre el Phoenix, se trata de un calibre con una denominación genérica que se puede derivar en diversas variantes con múltiples combinaciones de complicaciones.
En el cristal de zafiro que protege la esfera sideral encontramos una elipse que resalta la posición exacta de las constelaciones cuando la consultamos. En el perímetro se ubica la escala que nos indica los cuatro puntos cardinales y los meses.
Otra característica específica de este reloj, que no tienen nada que ver con las complicaciones mecánicas, es el espectacular engaste de diamantes talla baguette que cubren su bisel y sus asas. La caja, realizada en oro blanco, mide nada menos que 45 milímetros, lo que no deja dudas sobre su carácter masculino. Hasta hace poco, los relojes con engaste de piedras preciosas estaban reservados al público femenino, pero la creciente aparición de relojes de gran tamaño con esta característica me lleva a pensar que las estadísticas que manejan las marcas les deben indicar que hay una demanda creciente para este tipo de reloj, aunque dudo que sea en los mercados tradicionales.