F.P. Journe Repetition Souveraine: 4,04 milímetros de grosor de movimiento y 8,65 de grosor de caja. Vacheron Constantin Patrimony Contemporaine calibre 1731: 3,90 milímetros de grosor de movimiento y 8,09 de grosor de caja.
No, no me voy a limitar a enumerar cifras en este artículo, pero precisamente estas dos, la del grosor del movimiento y de la caja del reloj, son las que otorgan un nuevo récord al impresionante Patrimony Contemporaine calibre 1731 que acaba de presentar Vacheron Constantin en el salón Watches & Wonders que anteayer se inauguró en Hong Kong. No es esta la única novedad de Vacheron en este salón, una especie de SIHH asiático, ya que también ha presentado un nuevo modelo femenino, una nueva trilogía de los Métiers d’Art y un nuevo Toledo, de los cuales os hablaremos en próximos artículos. Parece que esta ha sido una estrategia altamente meditada para distribuir en el tiempo las principales novedades anuales, y ahora me explico porqué Vacheron solo presentó relojes femeninos en el SIHH, algo que sorprendió a todo el mundo.
En el año 2008 F.P. Journe presentó el Repetition Souveraine, que se convirtió en el reloj con repetición de minutos más delgado del mundo. Ahora, Vacheron Constantin bate el récord con este Patrimony calibre 1731. Puede parecer una nimiedad hablar de ello, y más cuando las diferencias se cifran en décimas de milímetro, pero esto es Alta Relojería, y la delgadez de un reloj, además de ser una gran complicación por sí misma, es un parámetro que históricamente forma parte de su ADN. Desde luego, prefiero esta competición «no declarada» que la carrera por realizar relojes cada vez más grandes y gruesos en la que parecen haberse empeñado la mayoría de marcas del sector.
Pero este tema de dimensiones adquiere en este caso una importancia y complejidad adicional, ya que estamos hablando de un reloj con la complicación de repetición de minutos, un tipo de complicación en la que se valora por encima de todo el volumen y calidad de los sonidos que emiten sus timbres al ser percutidos por los martillos.
La paradoja es que teóricamente, la potencia del sonido es directamente proporcional al volumen de aire que contiene la caja del reloj y por tanto, en estos casos de relojes extra-planos, se ve teóricamente afectada. Digo teóricamente porque he tenido la oportunidad de audicionar el Journe Repetition Souverain y quedé realmente sorprendido por la potencia del sonido que emite a pesar de su escaso grosor. Obviamente no he tenido la oportunidad de escuchar el Vacheron, aunque espero poder hacerlo en un futuro.
De todos modos, para valorar realmente estas cantidades y calidades, habría que comparar el sonido de ambos relojes, uno tras otro, en el mismo entorno, ya que la acústica de un local determina en gran medida el resultado final. Pero esto, y más teniendo en cuenta el nivel y la reducida producción de estos relojes, me temo que será difícil. Solo con comentar que la creación de este calibre se inició en el año 2009, ya os podéis hacer una idea de la extrema complejidad de desarrollo de un movimiento de este tipo: 4 años.
Dejando cuestiones teóricas a un lado y centrándonos en este Patrimony calibre 1731, Vacheron no se ha limitado, que ya es mucho, a extremar la delgadez del reloj, sino que ha incluido en él una innovación técnica de primer orden: su regulador de sonería volante, un ingenio mecánico que Vacheron Constantin desarrolló en 2007 para el movimiento 2755.
Como mis conocimientos no llegan ni de lejos a los de los ingenieros y relojeros de Vacheron, lo mejor para describir el porqué y el cómo de este regulador es citar textualmente las explicaciones de Vacheron en su comunicado de prensa:
«Su función es regular el ritmo al que los martillos tocan los timbres. Sin un regulador, sería el cubo de sonería el que marcaría esta cadencia, y solo se escucharía un torrente de notas indiscernibles. El dispositivo que ha desarrollado Vacheron Constantin consta de dos contrapesos, ideados para actuar de freno en el eje de rotación del regulador y compensar así la energía liberada por el muelle del cubo de sonería. Para ello, el mecanismo se sirve de dos fuerzas opuestas: la centrífuga y la centrípeta. Cuando el regulador gira, la fuerza centrífuga hace que uno de los extremos de los contrapesos se mueva hacia el exterior mientras el otro extremo presiona el eje para estabilizar la velocidad de rotación y garantizar la regularidad de la cadencia»
En la imagen superior podemos apreciar los elementos que describe Vacheron: los dos martillos en la parte superior, los timbres que rodean el perímetro del movimiento, el muelle del cubo de sonería ubicado debajo de los martillos, y a la izquierda el regulador en sí mismo, realizado en oro y con su propio puente de sujeción.
Un resumen en lenguaje más mundano de la finalidad de este regulador sería: controlar la energía que reciben los martillos con el fin de que sus percusiones sobre los timbres se reproduzcan siempre con la misma fuerza de impacto. En cierto modo podríamos establecer una paralelismo con el escape de un reloj mecánico, cuya función es regular y mantener estable en el tiempo el par de fuerza que recibe el volante.
La caja del Patrimony 1731, de 41 milímetros de diámetro, sigue al pie de la letra los códigos estéticos de la colección Contemporaine a la que pertenece. Lo único que la distingue visualmente de los otros relojes de dicha colección es la corredera ubicada en la parte izquierda de su carrura, que sirve para activar o desactivar la sonería.
Pero una vez más, la apariencia engaña, ya que en el interior de la caja se han tomado una serie de decisiones técnicas con el fin de optimizar la cantidad y la calidad del sonido. Así, por ejemplo, se ha encajado el movimiento en la caja de forma que deje el máximo hueco de circulación de aire con el fin de optimizar la propagación del sonido.
Una última medida, ciertamente extrema, ha sido el prescindir de cualquier junta entre el bisel, la carrura y el fondo, los tres elementos que conforman la caja. Las juntas que habitualmente se utilizan para este menester son de carácter gomoso, lo cual, como seguro conocéis los aficionados a la música, amortigua el sonido. Con esta estructura, la continuidad del metal (oro rosa) entre los elementos de la caja es absoluto y se consigue eliminar cualquier efecto que debilite la intensidad del sonido.
Como es evidente, ello conlleva un cierto inconveniente, que es textualmente la «nula» hermeticidad de este reloj, ni siquiera 1 mísero bar. Ello implica que debemos proteger este reloj de cualquier contacto con el líquido elemento, incluso esconderlo bajo las mangas si llueve.
Me queda la duda de la posible influencia negativa de la humedad en este Vacheron Constantin Patrimony Contemporaine calibre 1731. Si vivimos en una ciudad de ambiente seco, como Madrid, no creo que conlleve ningún problema. Pero si lo hacemos en Barcelona o cualquier otra población que comparta su altísimo nivel de humedad, puede representar un inconveniente muy serio. Aunque como esto no dejan de ser suposiciones, para obtener una respuesta fiable a este tema, trataré de consultar con los responsables técnicos de Vacheron para que nos proporcionen la respuesta oficial.
La esfera, al igual que la caja, externamente es idéntica a la de todos los relojes que componen la colección Patrimony Contemporaine. El único elemento original es el pequeño segundero, inexistente en ningún otro modelo de esta colección. Sí cuentan con este tipo de segundero alguno de los modelos de la colección Traditionelle, pero ninguno de ellos lo ubica descentrado, entre las 8 y 9 horas, como lo hace este 1731. No entraré en más detalles sobre la exquisitez de concepción y terminaciones de esta esfera ya que hemos hablado de ello extensamente en los diversos artículos que hemos publicado sobre relojes de esta colección.
En definitiva, estamos ante un guardatiempo que ha roto barreras, no solo físicas sino técnicas. Si además se trata, como es el caso, de un reloj con repetición de minutos, la más prestigiosa y compleja de las complicaciones de un reloj mecánico, este Patrimony Contemporaine 1731 pasa a convertirse en un auténtico hito en el mundo de la Alta Relojería.
Con la presentación de este reloj ya queda definitivamente clara la intención de Vacheron Constantin de reprender con Patek Philippe la batalla que mantuvieron siglos atrás por la supremacía de la más Alta Relojería. Recientemente, Patek ha respondido con cierta contundencia al auge de los Métiers d’Art de Vacheron durante el evento en el que presentó el fastuoso y excepcional 5002. ¿Responderá con la misma contundencia a este Patrimony 1731?. No olvidemos que la repetición de minutos es el terreno de domino absoluto por excelencia de Patek Philippe en las últimas décadas. Aunque Vacheron no es precisamente novicia en esta complicación. Su primer repetición de minutos es un reloj de bolsillo que data de 1810.
En cualquier caso, si se emprende o recrudece (en el buen sentido) la batalla entre los dos monstruos solo serán que buenas noticias para los acérrimos de la Alta Relojería, especialmente para aquellos que puedan permitirse adquirir piezas de este nivel. Por cierto, el PVP recomendado de este Vacheron Constantin Patrimony Contemporaine calibre 1731, solo disponible de momento en oro rojo 5N, es de 335.000 €, una cifra sin duda escandalosa, y más con los tiempos que corren, a ojos de cualquier neófito, pero más que razonable para cualquier aficionado a este arte mecánico. ¿Acaso alguien discute o se escandaliza ante el precio/valor de un Picasso o Rembrandt?…