Zenith «El Primero» 410
Calendario Perpetuo, el término que define una de las complicaciones soñadas pero inalcanzables para la mayoría de los aficionados a la Alta relojería. Calendario Anual, el nombre de una de las múltiples invenciones de Patek Philippe que democratiza el Calendario Perpetuo. Calendario Completo, una complicación mucho más antigua que el Perpetuo o que el Anual, que por motivos que exceden mi compresión lleva muchos años prácticamente ignorada. ¿Que diferencia estas tres complicaciones?. Unicamente, aunque técnicamente es todo un mundo, el automatismo de sus indicaciones de calendario.
Zenith, con este nuevo El Primero 410, rescata la complicación de Calendario Completo y, como delata su prestigioso nombre, la combina con su cronógrafo de alta frecuencia. Lo hace encapsulando el mecanismo en una caja de corte clásico, habitual y coherente en relojes con grandes complicaciones.
Estrictamente no se puede denominar a este El Primero 410 de gran complicación, ya que históricamente esta clasificación se concede a relojes que comportan como mínimo la complicación de un Calendario Perpetuo hacia arriba, pero a pesar de ello no se puede negar su complejidad mecánica. La gran diferencia es que deberemos ajustar manualmente y con bastante regularidad las indicaciones de fecha, día de la semana y mes, algo que un calendario perpetuo realiza por sí solo gracias a su memoria mecánica. Ello puede representar un auténtico engorro, e incluso embrollo, para personas no aficionadas a la relojería mecánica, además del riesgo de provocar una avería debido a una manipulación incorrecta. Por contra, para un apasionado será un auténtico placer la estricta y cuidadosa manipulación de dichos ajustes manuales.
La caja mide 42 milímetros de diámetro, lo cual, teniendo en cuenta la delgadez de su bisel, origina una esfera de considerables dimensiones, dando al reloj una sensación de tamaño mayor de que indican las cifras. Zenith ha tenso el buen detalle de ofrecernos este 410 en acero, lo que siempre beneficia su asequibilidad y polivalencia. Esta versatilidad se incrementa aun más gracias a sus 10 bares de hermeticidad, una cifra muy generosa teniendo en cuenta que se trata de un cronógrafo y que los ajustes de su calendario requieren unos correctores ubicados en la carrura, elementos todos ellos que dificultan la hermeticidad de un reloj.
En sintonía con el clasicismo que Zenith ha querido otorgar a este 410, el fondo de la esfera es de tono plateado con decoración “soleil”. La configuración del cronógrafo es del tipo tri-compax, con un contador de minutos a las 3 y el de horas a las 6, en el mismo sub-dial que se aloja la indicación de fase lunar. Completando la simetría, encontramos el pequeño segundero ubicado a las 9 horas. Las indicaciones de calendario se muestran mediante ventanillas, dos de ellas, la del día de la semana y la del mes, ubicadas en la zona superior de la esfera, mientras que la del fechador la encontramos entre las 4 y las 5, una posición habitual de esta indicación en los calibres ”El Primero”. El resultado final es un conjunto armonioso y equilibrado, cuyo único punto débil es el pequeño tamaño de las ventanillas y por tanto de las cifras que en ella se muestran.
En definitiva, estamos ante un reloj con poca competencia en el mercado y que globalmente ha sido pensado para ofrecer la complejidad mecánica que fascina a los apasionados de la relojería y la versatilidad que requiere un reloj de uso diario. La elección de acero para su caja y de un calendario completo inciden positivamente en su precio final, muy inferior a las configuraciones de cronógrafo con calendario perpetuo o anual que encontramos de forma más habitual en los catálogos de otras firmas.