Zenith G.F.J. Calibre 135 es un nombre simbólico de gran significado. Las protagonistas son las siglas de Georges Favre-Jacot, el visionario que fundó esta firma relojera en 1865. Cuando se celebran hitos de este tipo, las marcas suelen ofrecernos un reloj conmemorativo, pero Zenith va mucho más allá. Lo que nos ha desvelado esta histórica manufactura suiza es nada menos que el inicio de una nueva colección.
Esta nueva colección G.F.J., por lo menos su primer miembro, los basa todo en una reedición del famoso Calibre 135, el movimiento que más premios de cronometría ha ganado en la historia. Pero, esta no es la primera vez que este calibre protagoniza una novedad moderna de Zenith. En el 2022 Zenith nos presentó el Calibre 135 Observatoire, una edición limitada a 10 relojes equipados con 10 movimientos Calibre 135 originales restaurados por Kari Voutilainen. Sobre ello publicamos un artículo en el cual tratamos también la fascinante historia de este calibre, lo que es totalmente válido y aplicable a este nuevo Zenith G.F.J.
Zenith nos ha desvelado todos los detalles de este espectacular reloj y lo hemos tenido en la mano con ocasión del salón Watches and Wonders 2025. De lo que no ha dicho nada es acerca de los rasgos que definirán esta nueva colección. En este artículo analizaremos todos los detalles de este reloj, y a través de ellos intentaremos deducir los genes que caracterizarán esta nueva saga.
La caja del Zenith G.F.J. Calibre 135
La caja del Zenith G.F.J. sigue una geometría perfectamente redonda, una decisión coherente con la forma de los relojes Zenith que equipaban el Calibre 135 a mediados del siglo pasado. En dicha época se privilegiaba la precisión cronométrica cobre cualquier consideración estética y por ello los elementos externos de los relojes eran secundarios y prescindían de adornos y complejidades de diseño.

Para este Zenith G.F.J. Calibre 135 los parámetros a cumplir son distintos. Estamos ante una pieza conmemorativa, de edición limitada y con una caja elaborada en platino. Bajo estas premisas, construir una caja “sosa” sería un sacrilegio, y Zenith es muy consciente de ello, lo que se plasma en todos los elementos que componen la caja.
Su carrura adquiere unas formas curvadas de gran suavidad y elegancia, que además se expresa en dos niveles claramente diferenciados. La misma fórmula la aplica Zenith a su bisel, con un escalón claramente marcado que diferencia sus dos niveles. Como suele se habitual en relojes de alta gama, en estos elementos se combinan los acabados pulido y satinado.
El tamaño de la caja del Zenith G.F.J. Calibre es de 39.15 milímetros de diámetro por 10.5 mm de grosor. Se trata de unas dimensiones que entran en el margen perfecto para un reloj de corte elegante, y que además conceden a este G.F.J la condición de reloj unisex. El material elegido es el platino, el más prestigiosos de los metales nobles, lo que demuestra la importancia que Zenith concede a esta edición cojnmemorativa.
El fondo de la caja equipa un cristal de zafiro, lo que permite a su propietario deleitarse con la visión del reverso del Calibre 135. En el perímetro de este fondo encontramos grabado el número de la referencia, el de serie y el individual de las 160 unidades a las que está limitada la producción de este reloj.
En definitiva, la caja del G.F.J. Calibre 135 puede considerarse como un compendio de sobriedad y sofisticación. Esperemos que esta elegante caja sea uno de los signos de identidad de esta nueva colección G.F.J. y que se utilice en los próximos relojes que la integren.
Zenith G.F.J. Calibre 135 – una esfera sofisticada
En la esfera del G.F.J. Calibre 135 se repiten las cualidades de su caja, pero elevando la sofisticación al máximo. Este elementos se halla dividido en tres zonas claramente diferenciadas. En el perímetro de dicha esfera encontramos 11 índices horarios de oro blanco facetados que se aplican por encima de la superficie. Esta zona está decorada con un grabado guilloché que reproduce un motivo que Zenith denomina “bricks”, que según esta firma suiza se inspira en los ladrillos de la fachada de su manufactura.
Siguiendo con la exquisitez, el interior del círculo central está realizado con lapislázuli y el pequeño segundero con nácar. Al igual que el perímetro, todas estas zonas presentan un color azul, cada una de ellas con su propia y distintiva tonalidad. Intuyo que la utilización de estos exquisitos materiales no se extenderá a futuros miembros de esta colección, ya que restaría exclusividad a esta primera edición del G.F.J.
En cuanto a la ubicación de las indicaciones, encontramos dos agujas centrales, de horas y minutos, además de un pequeño segundero ubicado a la altura de las 6 horas, una distribución característica de los relojes Zenith que equipaban el Calibre 135 en la década de los años 50. Este es el esquema primario de un reloj clásico, ya que el hecho de llevar la aguja del segundero al centro del reloj ya constituye una pequeña complicación adicional. Por tanto, es lógico que un reloj y un movimiento destinados a batir récords de precisión prescinda de cualquier tipo de complicación, que solo podrían perjudicar dicha meta.
El calibre 135
El Calibre 135 de Zenith puede considerase como legendario ya que fue un auténtico devorador de premios de precisión cronométrica. Este calibre se produjo entre 1948 y 1962, periodo en el cual se calcula que se produjeron unos 11.000 ejemplares, y fue el que empleó Zenith para participar en los innumerables concursos de cronometría que se celebraban en aquella época y que hoy en día han desaparecido.
Al contrario que en la edición del 2022 que hemos comentado, en este caso no se trata de mecanismos vintage restaurados sino de un nuevo desarrollo que ha respetado al máximo la arquitectura, tanto estética como técnica del Calibre 135 original. Lo que lógicamente sí se ha aplicado han sido los últimos avances en cuanto a materiales y lubricantes, lo que beneficia su fiabilidad e incluso sus cualidades cronométricas.
Un detalle que distingue este nuevo Calibre 135 es que reproduce en sus puentes la misma decoración “brick” que acabamos de ver en la esfera. También es notorio el gran diámetro del volante en relación al tamaño del movimiento, un detalle que era común en la mayoría de mecanismos relojeros de grandes cualidades cronométricas. Desde el punto de vista prestacional, este moderno calibre 135 es un movimiento de carga manual, cuyo volante oscila a una frecuencia de 18.000 alternancias por hora (2.5 Hz) y genera una notable reserva de marcha de 72 horas.
Por una evidente cuestión de amortización de la gran inversión que requiere desarrollar un nuevo movimiento mecánico, es lógico pensar que Zenith lo utilizará en los futuros miembros de esta nueva colección G.F.J. Lo que ya resulta difícil de aventurar es si mantendrán esta decoración o se trata de una característica específica de este primer miembro conmemorativo del 160 aniversario de la marca.
Zenith G.F.J. Calibre 135 – conclusiones
El lanzamiento del G.F.J. Calibre 135 ha sido una gran noticia por parte de Zenith, aun más si implica la inauguración de una nueva colección en su catálogo. Por lo que hemos visto en este análisis, la lógica nos dice que esta colección se basará en relojes de estética clásica y de grandes prestaciones cronométricas.


Salvo sonerías o cronógrafos de alto vuelos, esta base de Calibre 135 puede servir para desarrollar sobre ella un gran número de distintas complicaciones, que probablemente será lo que veremos en los próximos años. El precio de esta edición conmemorativa del Zenith G.F.J. Callibre 135 es de 52.900 EUR, una alta cifra debida sin duda a la utilización del platino en su caja. Ahora solo cabe esperar que las futuras ediciones de esta colección también se ofrezcan en metales menos nobles, como son el acero o el titanio.