Desconcertante y realmente atípico. No se me ocurren otros adjetivos para calificar este Pilot Type 20 «Grand Feu» de Zenith. Oficialmente Zenith lo define como histórico, novedoso y limitado, términos con los que es imposible no estar de acuerdo, pero no deja de ser la combinación más rara que he visto en relojería de pulsera.
Descomunal tamaño de 60 milímetros de diámetro, caja cincelada a mano, esfera esmaltada y movimiento histórico «new old stock». Estos tres conceptos definen a la perfección una reedición de un reloj de bolsillo «vintage». Caja totalmente realizada en cristal de zafiro, una característica propia de un reloj contemporáneo que se empeña en diferenciarse de los demás. Asas y correa de aligator, que evidentemente definen un reloj de pulsera. ¿Como encajan todas estas características en un solo reloj?
Bien, el «como» está claro y tiene el nombre del protagonista de este artículo: «Zenith Pilot Type 20 Grand Feu. El «porqué» también está claro y es simple, porque Zenith se ha empañado en ello. ¿La coherencia y sentido de todo ello?… esto ya es una cuestión subjetiva, porque objetivamente no tiene ninguna lógica. Claro que tampoco la tiene un reloj mecánico con sonería, con calendario perpetuo, o con prácticamente cualquier complicación habitual en una pieza de Alta Relojería.
Empecemos por la caja, que conjunta una carrura y fondo realizados en cristal de zafiro, algo que en parte ya habíamos visto en el Hour Vision de Omega. Esta es sin duda una solución vanguardista que teóricamente aporta la ventaja de poder ver el lateral del mecanismo. En el Hour Visión el resultado es bastante decepcionante ya que el grosor necesario para mantener la rigidez de este elemento origina que su transparencia sea bastante reducida. No he podido observar con calma y detalle este Pilot Type 20 Grand Feu, por lo que no puedo opinar debidamente sobre ello. Lo que sí se aprecia en las imágenes es que el cristal de zafiro recubre una carrura interior, también cincelada, con lo que es posible que su función estructural sea relativa.
El segundo gran elemento atípico en la caja de este Zenith son su bisel y asas totalmente cinceladas a mano. El grabado de las cajas era algo muy habitual en relojes de bolsillo, pero muy inusual en los de pulsera. En este sentido me recuerda bastante al fastuoso Patek Philippe 6002G, aunque este es un mundo aparte.
El tercer aspecto evidente y fuera de norma de esta caja es su descomunal diámetro de 60 milímetros, una vez más algo normal en un reloj de bolsillo pero totalmente fuera de norma en uno de pulsera, que lo convierte en imposible de utilizar a no ser que queramos parecer un payaso de circo y provocar lo que ellos buscan, que es provocar la risa del público.
Si analizamos las actuales referencias del Type 20 en el catálogo de Zenith, no encontraremos explicación a este tamaño, ya que oscilan entre 40, 45 y 48 milímetros de diámetro. Pero si nos remontamos a Baselworld 2012, cuando Zenith presentó la primera «réplica» del Type 20, veremos que ya medía 57, 5 milímetros, algo menos que este Grand Feu, pero que se puede explicar por el grosor adicional que probablemente requiere la caja de cristal de zafiro. La explicación es en lo que comparten estos dos relojes: el calibre 5011K, que por si solo ya mide nada más y nada menos que 50 milímetro, lo que convierte en incluso ajustados los 60 mm de la caja que lo aloja.
Esto origina la segunda pregunta, el porqué del gran tamaño de este movimiento. La explicación es simple. Se trata de un calibre diseñado y creado en el año 1960 para equipar cronómetros marinos y relojes de bolsillo. Este 5011K fue célebre en su época por la enorme precisión cronométrica que proporcionaba, algo por otra parte mucho más fácil de obtener en un movimiento mecánico de grandes dimensiones, que en uno diseñado para relojes de pulsera. Al parecer Zenith ha encontrado algunos restos de stock de este movimiento y los ha reservado para ediciones muy especiales, como es el caso del Pilot Type 20 del 2012 o este Grand Feu.
Analizada por separado y obviando el tamaño del reloj, la esfera del Type 20 Grand Feu es magnífica. Como denota el término «Gran Feu» recurre al esmaltado blanco con la técnica del mismo nombre en toda su superficie. A ambos lados de su zona central y de forma simétrica, encontramos las subesferas correspondientes al pequeño segundero y a la indicación de reserva de marcha. Las agujas de estas indicaciones y las centrales de horas y minutos presentan un diseño clásico y un tono azul que contrasta agradablemente con el blanco esmaltado del fondo, mientras los números árabes presiden todos los índices horarios.
El conjunto estético, incluyendo la caja cincelada es realmente acertado y exquisito. Mi único «pero» a este Pilot Type 20 Grand Feu es como podéis imaginar su tamaño. Es cierto, como ya hemos explicado, que ello viene forzado por el diámetro del calibre que equipa, pero tampoco había ninguna necesidad de este reloj se presentara en forma de reloj de pulsera. Zenith podía haberlo dejado como reloj de bolsillo, un tipo de guardatiempo para el que están creados muchos de sus elementos. Como reloj de bolsillo hubiese pasado más tiempo en una vitrina que en un bolsillo de su propietario, pero como reloj de pulsera dudo que jamás cumpla esta función, con lo que también acabará en una vitrina. De todos modos, estamos ante una edición limitada en su producción a 10 unidades y con una clara vocación como reloj especial dentro de una importante colección, con lo que estas cuestiones funcionales pasan a un segundo plano.